Diez principios básicos para que la agricultura y la Vega se dinamicen y el agricultor viva dignamente de su trabajo

Jorge Álvarez, Juan García, Paco Cáceres. Colectivo Somos Vega

Sabemos que los cambios nunca son fáciles

Sabemos que lo que preconizamos es tremendamente difícil por varias razones;

–  Porque el sistema actual le asigna el papel de cenicienta al sector primario y no reconoce el trabajo de agricultores y ganaderos

–  Porque el modelo agrario actual condena a agricultores y ganaderos a una fuerte dependencia del agronegocio y las grandes distribuidoras, que son los que fijan las reglas de juego para llevarse los beneficios.

–  Porque el sistema nos convierte a los ciudadanos en simples espectadores pasivos de la sociedad

–  Y en general las políticas que se ponen en marcha favorecen poco la iniciativa y el emprendimiento.

Sin embargo el sector agrario está mal y necesita respuestas urgentes ya

–  Porque el sistema agrario con su dependencia energética, fundamentalmente del petróleo, pronostica una alza elevada de su precio ante la evidente escasez de éste, que redunda en los costes de la producción agrícola

–  Porque cada vez hay más conciencia acerca de la necesidad de consumir alimentos sanos y de realizar prácticas agrarias que no dañen el medio ambiente

–  Porque las salidas económicas para los pequeños y medianos propietarios son muy difíciles y las soluciones a esta problemática pasan hoy día por el asociacionismo, la planificación, la búsqueda de mercados cercanos y otra forma de relacionarse con la tierra y la comunidad. Es decir, otro cambio de modelo.

–  Porque la preservación de la vega, pasa hoy día por una agricultura rentable, sana, de cercanía y que guarde un equilibrio armónico con el territorio y sus habitantes.

Nosotros, después de una larga reflexión, exponemos diez principios que consideramos necesarios para que la agricultura y la vega funcionen y el agricultor viva dignamente de su trabajo. Estos son;

1. En el modelo agrario actual el agricultor tiene muchas dificultades para poder vivir y sacar adelante a su familia. Hay que caminar hacia otro modelo de producción y comercialización más acorde con las necesidades de los agricultores, la ciudadanía y el medio ambiente. Pero hay que tener en cuenta que la importancia de la agricultura convencional en la actualidad es indiscutible, ya que la gran mayoría de agricultores se dedican a este tipo de agricultura guiados por un modelo productivo que nos imponen desde Europa y que obliga al agricultor a producir cada vez más y tener más extensión del nº de hectáreas, no para obtener más beneficio sino para poder vivir de su explotación.

2. Tiene que haber un proceso de transición que camine hacia la agroecología por ser el modelo de producción más justo, humano y razonable que tiene en cuenta a la vez los intereses de agricultores, ciudadanía y vega en general.

–  Porque tiene lógica económica; la creciente conciencia ciudadana de consumir productos sanos y la demanda de éstos, hacen que la agricultura ecológica sea la más rentable para los agricultores.

–  Porque tiene una dimensión ética y humanista que el agricultor debe tener en cuenta; hay que producir alimentos sanos para personas y animales, que no contaminen el agua y el suelo ni contribuyen al cambio climático. Y, por otra parte, con la agroecología se construye una relación más estrecha y humana entre productores y consumidores.

–  Porque favorece el compromiso intergeneracional. Este modelo preserva la Vega y la deja en las mejores condiciones posibles para las futuras generaciones.

3. Este modelo necesita otro tipo de organización; planificar las siembras, saber los productos qué necesitan los consumidores y llegar a acuerdos previos con ellos, producir para abastecer los mercados locales todo el año, tener fijados un entorno de precios justos con antelación. Es decir, no ir a la aventura sin saber si podré vender el producto y a qué precio

4. La organización del trabajo más eficaz justa y democrática para tener éxito en este modelo es la cooperativa, ya que favorece la planificación de la producción, su comercialización justa, afrontar mejor los gastos y une a los agricultores frente a las problemáticas y la búsqueda de soluciones.

5. Pero las administraciones han de tener en cuenta que este modelo propuesto crea unos excelentes servicios ambientales a la ciudadanía, que guarda el necesario equilibrio con el medio ambiente sin contaminarlo ni perjudicarlo, que es eficiente energéticamente, que abastece a los mercados locales, que fija puestos de trabajo, que facilita las relaciones de los habitantes dentro del territorio, pero que en esta transición los agricultores sienten inseguridad e incertidumbre tanto técnica como económica; por tanto:

–  Deben proporcionar asistencia técnica permanente en producción, organización y comercialización para dar una formación sólida a los agricultores que les ayude a afrontar con éxito las dificultades y retos que se planteen.

–  Debe proporcionar, sobre todo en una primera etapa atención económica preferente a las cooperativas de pequeños y medianos propietarios que se involucren en estos proyectos. Esa atención debe ser la suficiente para dar seguridad a los agricultores.

–  Debe promover campañas de consumo de productos ecológicos y facilitar que se consuman en centros oficiales, comedores escolares, universitarios y hospitalarios, residencias, etc.

–  Y, muy importante, debe solucionar debe depurar las aguas residuales para que ésas no se viertan a acequias, ríos o barrancos.
6. Creemos que el desarrollo endógeno (2) es el modelo que más tiene en cuenta las potencialidades del territorio, la verdadera participación de los habitantes del territorio, la igualdad, el trabajo y el equilibrio entre ser humano y naturaleza.

7. Este modelo favorece además la soberanía alimentaria, movimiento internacional que trabaja para que la agricultura esté al servicio del ser humano y que sirva preferentemente para alimentar a las poblaciones cercanas. Esto es, una agricultura que libera a los agricultores de las cadenas del agronegocio y la gran distribución y está al servicio del bien común.

8. Todo lo anteriormente expuesto va unido a la necesidad de destruir el papel de cenicienta y recuperar el orgullo y la importancia para la humanidad de la actividad y cultura agrarias, de la relación ser humano-tierra. No olvidemos que el mantenimiento de la actividad agraria tiene un carácter estratégico, ya que los agricultores somos los que producimos alimentos para la población, garantizamos su abastecimiento, mantenemos la población en el territorio, el paisaje, la cultura. Si bien, ese mantenimiento tiene que hacerse en torno a un modelo de agricultura social, que teniendo como eje básico y fundamental al profesional agrario, se base en unas relaciones más justas, más equilibradas en la cadena alimentaria para que no sean los últimos eslabones los que se beneficien de lo que se produce.

9. El trabajo para conseguir estos principios ha de partir de grupos locales y comarcales integrados por agricultores y ciudadanos que actúen como motores y dinamizadores de la economía y cultura agrarias en los municipios donde estén insertadas. En esta dinamización creemos que juega un papel fundamental la mujer, ya que está demostrando cada vez más su importante papel activo en proyectos que favorecen el desarrollo de la comunidad. En estos procesos las Administraciones juegan un papel imprescindible dirigiendo y apoyando en formación, financiación de proyectos, elaboración de leyes, logística, búsqueda de mercados locales, etc.

10. Pero todos estos principios serían agua de borrajas si los agricultores y ciudadanía no perciben en lo concreto que estos modelos mejoran su vida, les sacan de las incertidumbres en las que vive continuamente y sirven para que los pueblos se desarrollen de una forma integral en armonía con su territorio.

Para caminar hacia la consecución de estos principios hemos formado un colectivo fundamentalmente agrario, pero abierto a los ciudadanos en la Vega de Granada que, aunque tenga autonomía plena, convergerá con otros colectivos que defienden la Vega.

Este colectivo trabajará en torno a los siguientes ejes:

– Promover la creación de cooperativas y asociaciones agrarias

– Formación agraria, humanista y cooperativa de los agricultores mediante cursos, charlas, debates, etc.

– Jornadas anuales sobre problemáticas agrarias y territoriales, previamente estudiadas y con la aportación de posibles soluciones.

– Estudiar otras actividades complementarias y armónicas con la Vega que puedan complementar las rentas agrarias.

– Impulsar investigaciones y organizar actividades que difundan la cultura campesina

– Revista y otros modos de comunicación para transmitir reflexiones, problemáticas y alternativas a agricultores y ciudadanía.

– Estudiar las líneas de actuación de las administraciones en estas temáticas y hacerles llegar nuestros puntos de vista y alternativas si las tuviéramos.

– Crear comisiones municipales que ligando agricultura, desarrollo integral, empleo, economía del bien común y, entre otros, medio ambiente favorezca la dinamización de nuestros pueblos.

En resumen

–  Hace falta ir convirtiendo a los agricultores y ciudadanos más conscientes en el sujeto social que la agricultura y la Vega necesitan para avanzar. Ligados a la defensa del territorio y a la concepción democrática de que los que trabajan la Vega y los ciudadanos comprometidos con ésta, junto a las administraciones, los que tienen que decidir, sobre todo, el futuro de éste espacio.

–  Pero para ello hay que combatir con fuerza las actitudes pasivas mediante políticas de choque ideológico-cultural. Donde se valore adecuadamente lo agrario, la relación ser humano-tierra y la necesidad del emprendimiento social y colectivo como forma de solucionar los problemas de las comunidades.

Somos Vega hoy

Actualmente, este colectivo ha abierto un proceso de análisis, en aquellos municipios en los que tiene presencia, sobre los principales problemas de la agricultura y la vega. Y fieles al principio, “un problema, una solución”, se buscarán alternativas viables que hagan posible una agricultura sana y de calidad, personas que vivan dignamente de esta actividad y una vega en las mejores condiciones posibles para las futuras generaciones. Seguiiremos informando.

(1) A partir de ahora, utilizamos el término agricultores como la profesión predominante relacionada con la Vega, pero siempre nos referimos a todas las actividades relacionadas con la tierra, como agricultores, apicultores, ganaderos, etc.

(2) El desarrollo endogeno es el que se hace desde dentro; son los propios habitantes de un territorio, organizados y formados técnica y humanamente los que junto a las administraciones identifican las potencialidades de su territorio y las desarrollan de forma integral y equilibrada en beneficio de la comunidad.