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¿Legaremos a las futuras generaciones el agua en mejor estado que está hoy?

El agua, fuente indispensable para la vida, sufre multitud de agresiones

En este nuevo artículo, Manuel Cala hace un recorrido por el agua, fijándose en las problemáticas que acarrea su uso, su mal uso,; gasto excesivo en territorios donde no llueve, reparto desigual, los efectos de los embalses, la actividad agraria, la contaminación… Manuel, que considera el agua como recurso imprescindible para la vida, cree que debería ser declarada Patrimonio Natural Común de la Humanidad. Manuel acaba como siempre con espíritu positivo; expone una serie de alternativas para hacer un buen uso de este recurso tan necesario. Todo ello sea pensando en dejar el agua en mejor estado para las futuras generaciones. Bastante tienen con el cambio climático que le dejamos como herencia. Con este artículo Manuel da una auténtica lección que podría utilizarse, adaptado, en las escuelas para impartir el tema del agua. Desde otragranada.org damos las gracias a Manuel Cala Rodríguez por su inestimable colaboración que enriquece y da calidad a los contenidos de esta página.

Manuel Cala, autor de este artículo en un riachuelo. El agua es vida

Manuel Cala Rodríguez es Presidente de GRAECO (Asociación Granadina para la Defensa y Fomento de la Agricultura y Ganadería Ecológica) y reconocido miembro de Salvemos la Vega, entre otras muchas militancias y compromisos.

Sin lugar a dudas, al menos por mi parte, el agua es uno de los recursos naturales básicos más preciado e indispensable para la vida en el planeta, generador y mantenedor de ecosistemas y de los que dependen la mayoría de las actividades productivas. Por ello creo que debe ser protegido de toda agresión y su valor lo deberíamos reconocer como Patrimonio Natural Común de la Humanidad.

Conociendo que es el responsable del sistema climático de la tierra y sabiendo que es un recurso reciclable, que globalmente permanece constante, está llegando a ser un bien escaso, sobreexplotado, despilfarrado, contaminado y sometido a multitud de agresiones, presentándose como uno de los mayores y más importantes problemas presentes y de cara al futuro, como se ha está poniendo de manifiesto.

El agua es vida, belleza, encuentro, alegría...

El agua es un bien público que debe gestionarse y usarse de forma adecuada

Aunque es difícil conseguirla, se deteriora y contamina fácilmente al usarla, pero no desaparece, y deja de ser un recurso indispensable para convertirse en preocupantes problemas sanitarios, ecológicos, sociales, territoriales... y económicos; por tanto, debemos apreciarla en su justa medida, sin olvidar que sin ella sería imposible la vida en la tierra. También parece conveniente significar que es un bien público que nos pertenece, por lo que es nuestra obligación, individual y colectiva, gestionarla de forma adecuada, utilizarla con justa moderación y devolverla en el mejor estado posible (CALA, M. et al)(1) .

Aunque quizás pudiera resultar paradójico, es el elemento natural más abundante, para el que no existen sustitutos posibles, y a la vez más escaso del planeta. Tal vez convenga recordar que las tres cuartas partes de la tierra están cubiertas por océanos, ríos, lagos, aguas subterráneas y grandes masas de hielo que forman los casquetes polares y glaciares, pero solo una pequeñísima cantidad, estimada en menos del 1%, se encuentra a disposición de los seres vivos, que a su vez se deteriora con el uso, y aunque siga siendo agua, pero contaminada, se convierte en una de las preocupaciones más graves de nuestra sociedad.

Pozo en secano

El agua no está bien repartida

Parte de esa problemática estriba en su distribución, pues no está bien repartida, de hecho, unos mil millones de seres humanos pasan sed y la que beben otros mil setecientos millones es de dudosa calidad. No obstante, escasa o abundante, potable e insalubre, el agua es fuente de vida y numerosas de las actividades desarrolladas dependen de ella, por lo que debemos protegerla de toda agresión, ya que la necesitamos, y limpia, sin olvidar que sin ella casi nada de lo que a diario hacemos es posible.

Su escasez se ha acentuado y los problemas derivados de su contaminación se agravan. En los últimos 50 años la población humana del planeta se ha duplicado (OCDE)(2) , pero el uso del agua lo hemos multiplicado por cuatro. Además del creciente desarrollo demográfico, también el progreso técnico nos está haciendo perder la conciencia del valor de este recurso, que lejos de ser inagotable, es finito, y lejos de ser inalterable, se deteriora fácilmente con su uso.

Las acequias a veces se contaminan con aguas residuales domésticas

El carácter inusualmente intenso y prolongado de déficit de agua, en alternancia con inundaciones más o menos locales que suelen presentarse con cierta frecuencia como recurrente, supone una ruptura en nuestras condiciones habituales de vida, generando severos impactos en el normal desenvolvimiento de la comunidad. Asimismo, el sistema que hemos implantado de ajustes hídricos, de responsabilidad social pues suelen ser criterios socio-económicos y no ecológicos quienes fijan los consumos de agua necesarios, está influyendo para que cada vez sea más fuerte el desequilibrio existente entre los aportes que recibimos y las grandes cantidades que consumimos.

El agua en España. Gastamos y contaminamos demasiado

Son numerosas las fuentes que nos sitúan a España como uno de los estados del mundo que más agua consume por habitante y año. Esto contrasta con el hecho de que la precipitación media es de unos 650 litros anuales y la de tener unas características propias que nos diferencian notablemente de los países del entorno. En Francia por ejemplo llueve más, además, cuenta con más ríos estables y caudalosos y con lagos naturales. No obstante, aquí consumimos más agua que allí y, en vez de tener lagos naturales disponemos de unos 1000 embalses (20 MINUTOS)(3) , esto nos sitúa en uno de los países con mayor número de embalses del mundo, con una longitud de costa interior superior a la comprendida por la costa marítima y más de 500.000 pozos y sondeos.

Los humanos muchas veces no sabemos cuidar nuestros recursos

Nos solemos caracterizar por el convencimiento de la abundancia de agua y su infinita inagotabilidad, nuestro territorio se encuentra con un índice de crecimiento poblacional estancado, un tejido industrial en retroceso y una economía volcada en el sector servicios. El problema del agua afecta no solo a la cantidad sino también a la calidad de los recursos hídricos y al futuro socio-económico de algunas regiones, con serias amenazas para la industria turística, daños en zonas de regadío… y con problemas ambientales en lugares especialmente sensibles.

El reparto temporal y espacial del agua en España es bastante desigual, tenemos grandes cuencas que albergan grandes ríos y otras minúsculas en zonas costeras con ramblas que solo llevan agua en períodos lluviosos. Las tres cuartas partes de las escorrentías pertenecen a las cuencas atlánticas, y solo entre 9 y 13% se las reparte la mediterránea. Tampoco llueve igual en todas partes: por lo general la precipitación en el norte es superior a la del sur, agravado, además, con el hecho de que donde más calor suele hacer menos suele llover. Esto provoca que el mayor caudal se concentre en el norte peninsular.

Manuel Cala coge agua de una acequia para analizarla

Por otro lado, las aguas residuales que devolvemos a la naturaleza una vez usadas, suelen llevar incorporadas una carga contaminante superior al nivel de autodepuración del lugar de vertido. Las modificaciones generadas sobre el régimen natural de ríos y acuíferos pueden llegar a constituir graves agresiones al medio natural de consecuencias muy variadas. Su agresión es un hecho bastante ligado al ser humano que requiere un control constante y exhaustivo, con el objeto de detectar zonas problemáticas y planificar futuras actuaciones.

Agua y agricultura.

Mención especial merece las contaminaciones producidas en el agua por la actividad agraria, provocadas por el manejo inadecuado de algunas técnicas agropecuarias, lo que unido a la búsqueda de la máxima productividad, solemos dirigirlo a un empleo abusivo de abonos químicos, que son arrastrados en su mayoría por el efecto de la lluvia o por el riego. Ese abuso o mal uso, suele provocar la contaminación de acuíferos por exceso de nitratos. Algo similar ocurre con el empleo de plaguicidas.

Aunque el agua necesaria para la agricultura practicada en las regiones templadas y húmedas procede de la precipitación básicamente, en las zonas áridas y semiáridas es necesario el riego si queremos recoger cosecha. El agua que es extraída pero no consumida regresa a los ríos o se infiltra en el suelo y es almacenada en los acuíferos. El riego consume la mayor parte del agua que se extrae (frecuentemente la mitad o más) como resultado de la evaporación, incorporación a los tejidos de las plantas y transpiración de los cultivos. La otra mitad recarga el agua subterránea, fluye superficialmente o se pierde como evaporación no productiva. Las cifras de las extracciones de agua para la agricultura no incluyen las lluvias que benefician a los cultivos de secano. En realidad, el “agua de lluvia” produce más alimentos que el “agua de riego”, considerando además que el “agua de lluvia” también contribuye a la agricultura de regadío (FAO). (4)

Los embalses producen efectos negativos

Tampoco debemos olvidar la intrusión salina, provocada por la imposibilidad de recarga natural de acuíferos, debido a sequías prolongadas y/o la supresión de los flujos recargantes de manera artificial, la sobreexplotación de descarga por encima de las cantidades de equilibrio, o por la combinación de ellas.

De otra parte, nuestro modelo de desarrollo económico, que no muchos criterios sociales y ecológicos ha tenido en consideración para el reparto del agua, sobretodo en épocas de sequía, basado casi en su totalidad en el consumo creciente de agua y también en el aumento de la oferta, hace que potenciemos la mayor parte de sus usos, cuando parece lógico buscar su ahorro y la diversificación del desarrollo en un intento alcanzar una mayor sustentabilidad.

Impactos que provocan los embalses

Igualmente creo que debemos valorar los impactos no positivos que provoca la regulación hídrica de cauces mediante embalses. Por ejemplo:

 Modificación del microclima de las zonas cercanas;

 Detención del fluir lógico de las aguas, interrumpiendo las rutas migratorias de los seres vivos que allí habitan;

 Impedimentos de escala de remonte o descenso para peces; -
 Barrera para los sedimentos;

 Pérdida de la capacidad de embalse por acumulación de depósitos de tierra de "labor";

  Afectación al régimen natural del flujo en el entorno;

  Modificación de la flora y fauna del lugar;

  Reducción de nutrientes y sólidos al mar, provocando en algunos casos la desaparición total o parcial de playas;

  Inundación total o parcial de pueblos, bosques, huertas, depósitos arqueológicos,... (en los últimos 70 años hemos sucumbido bajo el agua unos 500 pueblos y desecado en torno al 70% de las zonas húmedas españolas);

  Pérdidas de terrenos dedicados a diques, vías de acceso, poblados, residencias durante las obras,…;

  Pérdidas importantes de agua por evaporación;

  Imposibilidad del desove en cabecera de los ríos de salmones;

  Contribución a la desertificación de áreas por salinización de sus suelos;

  Afectación a los taludes del vaso; - ….

Anfaliza el agua de un río en una actividad de AUCA

La falta de criterios socio-ambientales para el reparto del agua en épocas de sequía, también contribuye a favorecer las políticas de oferta, frente a otras que pretenden el ahorro y la conservación del recurso. En ello influye que las restricciones en esa época sean proporcionales al tamaño de la explotación, por lo que los productores se abocan a situaciones límite, viéndose obligados al final de la sequía a una gran demanda de agua, pues han quedado al borde de la quiebra. Pero, transcurrido cierto tiempo y una vez realizadas las infraestructuras que palian esos daños, éstas medidas correctoras no las solemos utilizar para desarrollar una reserva estratégica para la próxima sequía; sino, todo lo contrario normalmente, la aplicamos para ampliar la superficie regada y con ello la demanda de agua global, hasta que con la llegada de la nueva sequía repetimos el proceso, entrándose así en una progresión difícil de mantener.

Desde un punto de vista meramente económico, parece desincentivadora la política llevada a cabo en materia de ahorro de agua, pues la construcción de nuevos embalses y trasvases que suelen ser sufragados por el Estado, influye para que apostemos por el aumento de la oferta en las diferentes cuencas hidrográficas. No hay que olvidar que el "coste real" del agua es superior al precio agrícola que se está pagando por ella, lo cual podría llevar a elegir entre:

Grupos como el Voluntariado Ambiental de Santa Fe. AUCA promueven muchas actividades para conocer y mejorar el agua

1.- Mantener su precio actual, lo que puede suponer que la realización de las infraestructuras demandadas aumentarían las transferencias de recursos desde otros sectores productivos hacia la agricultura, vía subvención más o menos encubierta del precio del agua.

2.- Ir hacia una desregulación de su precio, acercando éste a su coste real de producción (sin tener en cuenta las externalidades ambientales, que deberíamos valorar); con lo cual, los cálculos de demanda en que basaríamos las peticiones de nuevas obras de infraestructura podrían comenzar a perder cierta validez.

Otros aspectos a tener en cuenta en el tema del agua

También se hace necesario valorar otros aspectos, como (CALA, M. et al) (5) :

  Partir de una buena descripción de los ecosistemas desde el punto de vista hídrico;

  Bastantes pequeños ríos no solo disminuyen el caudal en verano sino que llegan incluso a secarse;

  La demanda ambiental surge al intentar definir los usos que debemos dar al volumen regulado para mejorar el entorno natural. Aquí actúan dos factores diferentes: “caudales ecológicos” y “caudales mínimos” en los ríos;

  La integración entre aguas superficiales y aguas subterráneas;

  Desde el punto de vista de las acciones ingenieriles, parece necesario valorar aún más algunas interrogantes, tales como: ¿Qué actuaciones concretas son necesarias?, ¿Cómo deben ser éstas?, ¿Dónde se ubican?, ¿Cómo encajan en el Plan Hidrológico…?

  No deben faltar tampoco planteamientos económicos, como: ¿Qué cantidad de dinero supone estas actuaciones?, ¿Cómo se financian?, ¿En quién repercuten?, ...;

  El acordamiento de las modificaciones necesarias en el ordenamiento jurídico, para regular las relaciones entre los seres vivos (no solo el humano) y el medio hídrico;

  Quizás se haya invertido mucho en infraestructuras y poco en investigación, estudios, análisis, alternativas, etc.; - El tratamiento de las aguas residuales no lo hemos acabado de resolver;

  Aún no son totalmente adecuados los sistemas de regadío, aunque hay que reconocer que estamos haciendo un esfuerzo en ello, aún queda camino por recorrer;

  La oferta y la demanda no pueden crecer indefinidamente; en consecuencia, parece necesario mentalizarnos en gastar mejor el volumen total de agua disponible;

  Al margen del menosprecio de los derechos humanos de algunos regímenes políticos, o de la inexistencia de un futuro económico, la escasez de agua probablemente seguirá siendo la principal causa de emigración, solo que ahora los emigrantes tenemos menos sitios donde ser acogidos;

  En algunos lugares el agua es la excusa de conflictos;

  La regulación del agua mediante embalses y trasvases ha influido bastante en el reparto territorial de la población, lo cual están dando lugar a sitios superpoblados donde la dependencia hídrica deja mucho que desear, al mismo tiempo que se limitan las posibilidades de desarrollo económico. Mientras existen otros lugares donde la calidad de vida aún no está muy deteriorada, pero a la que les restamos sus recursos hídricos para que sigan creciendo artificialmente grandes ciudades que tienen verdaderas limitaciones de agua y, además, nos empeñamos en que sigan creciendo. Pero lo que me parece más grave aún es que sigamos valorando la gestión hídrica mediante situaciones límites y a corto espacio de tiempo, incrementando aún más esos desequilibrios.

Muchas jornadas analizan y ofrecen alternativas al mal uso del agua

Alternativas para hacen un buen uso del agua

Ante lo expuesto anteriormente, desde mi modesto punto de vista, posibles alternativas tendentes a la mejora hídrica existente, que no solo debe basarse en corrección sino también en prevención, podrían pasar por:

  Alterar el ciclo hidrológico solo lo imprescindible;

  No imponer soluciones únicas como únicas posibles;

  Valorar al agua como un bien escaso, planteando con seriedad cuestiones, hábitos y costumbres de ahorro, tanto en épocas de escasez como en años lluviosos;

  Dotar a la administración hidrológica de recursos y capacidad suficientes;

  Priorizar el uso del agua, atendiendo no solo a criterios económicos, sino también sanitarios, sociales, ecológicos,... y territoriales;

  Controlar el grado de cumplimiento de la legislación vigente;

  Prohibir sobreexplotaciones de acuíferos y aplicaciones de alto riesgo contaminante; - Crear infraestructuras suficientes para la depuración de todas las aguas;

  Reforestar las cuencas con especies autóctonas no pirófitas;

  Proteger el dominio público-hidráulico y zonas de servidumbre facilitando su vegetación;

  Estudiar y/o revisar con más profundidad el destino del agua embalsada antes de hacer un nuevo embalse:

  Financiar actividades ambientales;

  Disminuir la superficie de riego cuando se supere la regulación existente;

  Modificar regadíos basados en el excedente o despilfarro de agua;

  Valorar con objetividad la puesta en riego de más superficie de secano;

  Sensibilizar a la actividad agraria, implicándola en el uso racional de productos contaminantes;

  Controlar riegos procedentes de acuíferos en peligro de salinización o sobreexplotación; - Controlar el consumo de agua para riego y penalizar derroches;

  Fomentar cultivos de menor necesidad hídrica, cuando sea posible;

  Reutilizar las aguas residuales cuando físico-química y sanitariamente sean adecuadas;

  Priorizar riegos de cultivos destinados al consumo regional y así frenar migraciones;

  Estudiar impactos y viabilidad de sistemas alternativos de riego, buscando su eficiencia;

  Prohibir fumigaciones de plaguicidas a escasa distancia de los focos de agua;

  Realizar estudios de cultivos y abonar con cantidades adecuadas;

  Investigar o recopilar estudios de las necesidades hídricas reales de los cultivos, para con ello aplicar dotaciones de agua en función de ellos, al menos donde el agua sea escasa;

 …

¿Qué agua, además del cambio climático, le dejaremos a las futuras generaciones?

Posiblemente, no sea el momento de preguntarnos ¿Cuánta agua necesitamos?, sino: ¿Cuánta agua hay…? y ¿Cómo puede obtenerse el óptimo beneficio social de ella, sin deteriorar irreversiblemente el medio natural? Creo que tampoco debemos abandonar el legado hídrico que le “soltamos” a nuestras generaciones venideras, quienes además ¿tendrán que enfrentarse a los preocupantes efectos del “Cambio Climático” que le dejaremos en herencia?

(1) CALA, M., LUQUE. AL., FELIX. R., ABRIL, JM: (2012). Los Pozos y Fuentes de Uso Público de Bujalance y Morente: Patrimonio Histórico, Cultural y Natural. Disponible en: http://es.calameo.com/read/0012180867da558ab2903

(2) OCDE (2015). Environment at a Glance 2015. OCDE Indicators. Disponible en https://es.scribd.com/document/347478213/Environment-at-a-Glance-2015

(3) 20 MINUTOS (2005) España Tiene el Mayor Número de Grandes Presas del Mundo. Disponible en: http://www.20minutos.es/noticia/65117/0/presas/medioambiente/adena/

(4) FAO (2017). Uso agrícola del Agua. Agua y Cultivos, Logrando el Uso Óptimo del Agua en la Agricultura. Departamento de Desarrollo Sostenible de la FAO. Disponible en: http://www.fao.org/docrep/005/Y3918S/y3918s03.htm

(5) CALA, M. et al (1997)."Reflexiones tendentes al uso sostenible del agua". Comisión de Medio Ambiente del Aula del Agua. Granada.

Otros artículos de Manuel Cala en otragranada.org

  Los linderos agrarios son ecosistemas imprescindibles por los múltiples beneficios que nos proporcionan
http://www.otragranada.org/spip.php?article848

Por Veguita de Graná

El Domingo 12 de noviembre de 2017

Actualizado el 12 de noviembre de 2017