Publicado en Correos de la Vega
Recibimos en Correos de la Vega el grito desesperado de una agricultora de productos ecológicos ante la situación que vive el campo. Inmaculada, así se llama, ya colaboró con nosotros hace un tiempo con la publicación de un artículo. Os dejamos con su testimonio: Me gustaría informaros en primera persona de lo que está ocurriendo con el pepino en la costa, y menciono el pepino porque es lo que ahora se está oyendo, pero la crisis es del sector en general con todo lo que ello conlleva. . Os adjunto alguna de ellas y espero que os resulte de interés y transmitáis al resto de la sociedad lo que realmente está pasando una familia cualquiera que vive del campo hoy en día en la costa de Granada..
Multipliquemos entre nuestros contactos el testimonio de Inmaculada. Que el mundo se entere
El testimonio desesperado de una productora ecológica
El campo y los agricultores nos hundimos. Otra política agraria que acabe con el hambre en el mundo es posible
Inmaculada Fernández Landauru. Agricultora de Castell de Ferro (Granada)
Aquí tiramos los pepinos, en Galicia la leche
Soy productora de pepino ecológico en la Costa de Granada, estoy tirando el 100 por 100 de la producción, y no entiendo nada, pago impuestos, seguridad social, con nosotros trabajan cinco personas y en momentos puntuales nueve o diez es decir genero puestos de trabajo y fijo población al territorio, pago todas las certificaciones habidas y por haber, respeto el medio ambiente, y resulta que estoy asfixiada económicamente por estas políticas agrarias de mercado libre y café para todos.
De verdad que no lo entiendo, deberíamos estar protegidos por el gobierno, me da igual el color, ¿quien puede dar más en época de crisis? máxime cuando día tras día vemos como suben las tasas de desempleo, no es lógico que nos descuiden de esta forma tan descarada.
Aquí tiramos pepinos, en Galicia tiran la leche en un país como el nuestro con una cuota láctea deficitaria en un 30%, necesitamos más leche de la que producimos, sin embargo hay que tirar porque es imposible competir con los polvos de China y el agua añadida que llevan las marcas blancas para abaratar costes y así poder poner carros de productos básicos a 20€ o leche a menos de 0,60€ en los lineales de las grandes superficies, igual que me pasa a mí; cuando yo pongo en el mercado mis melones o sandias ya se llevan consumiendo las procedentes de Suramérica con 20 tratamientos para su conservación durante la travesía, más los 2 últimos que reciben en las cámaras de los Mercas y Lonjas, desde enero. Por no hablar de la repercusión que estas marcas blancas tienen en la salud de la población, la carencia absoluta de nutrientes y la falta de garantía en el supuesto que se dieran problemas sanitarios, no existen responsables a los que reclamar, simplemente estamos en crisis global y lo barato es lo que vende más, hasta ahí tiene su lógica de mercado, pero es absolutamente fundamental que la ciudadanía tenga la información necesaria para elegir los alimentos que va a tomar, en qué condiciones están producidos y las consecuencias que conllevan.
Hay asamableas en la plaza del pueblo prácticamente a diario
La crisis es del sector en general, llevamos años arrastrándola y el sector está en la calle, movilizándose en Madrid y en las provincias, reclamando medidas urgentes que frenen la ruina que padece el campo, se convocan asambleas en la plaza del pueblo prácticamente a diario, donde familias enteras esperamos a ver qué hacemos mañana, cuanto producto tiramos. No es el pepino, es nuestra forma de vida la que esta en juego y así llevamos una semana, con los ánimos caldeados porque, también hay que decirlo, el sector no está del todo unido, y esa debilidad se nos vuelve en contra. Son muchas familias endeudadas para echar la vista a un lado, aquí hay mucho dinero invertido y de alguna manera se nos debe facilitar que podamos terminar de pagar y no nos endeudemos más, que es lo que esta pasando en estos momentos, que se está propiciando que cada 3 minutos desaparezca una explotación familiar agraria en la Unión Europea, no hay economía que soporte unos costes de producción como los que tenemos y unos precios en origen que no llegan ni por asomo a cubrir tan siquiera la mano de obra, ahora ya no y encima con la crisis global, ya se ha gastado lo poco o mucho que cada cual teníamos, hasta los créditos de campaña de los últimos años han desaparecido ¿y ahora que? a 0,05€ que han llegado a bajar los precios del pepino, ¿cuántos agricultores y agricultoras debemos desaparecer para que el campo sea rentable? . La contabilidad mensual en la que por un lado tengo gastos de producción (jornales, semillas ....) y por otro kilos producidos, me sale en estos primeros meses que es cuando más gastos se hacen y menos kilos da la planta a 3,96€ en Septiembre y 2,27€ Kg en Octubre, con unos precios que no han pasado la barrera de los 0,30€ Kg en ningún momento (hablo siempre de mi zona). No hay que ser una experta para ver que no cuadra.
Las diferencias de precios en origen llegan a veces al 2.000 poir 100
Yo produzco alimentos necesarios para vivir, no es un articulo de lujo, es algo completamente imprescindible para la humanidad, y produzco alimentos de calidad, hacemos agricultura ecológica porque entendimos en su día que el futuro del campo pasaba por producir calidad en lugar de cantidad y apostamos por un modo diferente y más saludable de producir, pero resulta que tampoco funciona, que todo va en el mismo saco, entonces ¿que queremos? ¿por qué se ha permitido esta situación? Los diferenciales de precios en origen y en la mesa del consumidor o consumidora en algunos casos llegan al 2.000 por cien, y no todo es primera calidad, ya que normalmente en esta zona va para la exportación. Los agricultores y agricultoras jamás sabemos cuanto vamos a ganar, sí lo que debemos pagar, no tenemos la posibilidad de repercutir los gastos en nuestros precios porque no somos nosotros los que los fijamos, creo que debemos ser el único oficio con esa peculiaridad. Algo no está cuadrando aquí, por el camino que vamos estamos haciendo al país dependiente como ya lo es con el petróleo, dejando la alimentación en manos de las grandes multinacionales a las que solo les interesan sus cuentas de resultados, provocando y favoreciendo la deslocalización de las producciones y acabando con la biodiversidad genética del planeta. Todo esto me parece sencillamente suicida.
La alimentación no es un lujo, es un derecho, para acabar con el hambre necesitamos otra política agraria a nivel mundial
Necesitamos otra política agraria que garantice precios dignos y se olvide de las subvenciones, necesitamos una defensa más efectiva de nuestras producciones en la UE, el sector está siendo utilizado en negociaciones que nada tienen que ver con la producción de alimentos, se están firmando acuerdos preferenciales con terceros países que están tirando el mercado, caso de Marruecos, que en nombre de la cooperación al desarrollo aumentan los contingentes pero las pateras y los muertos siguen llegando a nuestras costas, aquel bello país sigue sin desarrollarse y no lo conseguirá mientras no exista algo tan fundamental para el crecimiento de un pueblo como es la democracia. Eso si, Repsol o Telefónica ya andan por allí, pero lo peor de todo es que nuestras propias cooperativas y alhóndigas también.
Por todo ello es necesario repetirlo cuantas veces haga falta; la alimentación no es un lujo, es un derecho de la humanidad, para acabar con el hambre del mundo solo necesitamos creer y luchar por que OTRA POLITICA AGRARIA EN EL MUNDO SEA POSIBLE.
