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Pongo la mano en el árbol y sé cuándo le circula la savia

Cuadernos campesinos. Diálogos con la Vega. Febrero, con Antonio Hurtado

Febrero. Antonio Hurtado. En este día soleado huele a primavera. Entre cantos de pájaros "El Niñillo" nos habla ddel ruiseñor, de su época de accequiero, de las faenas de este mes, de la necesidad de que se reconozca la agricultura. Terminamos hablando de futuro. Al final, como siempre los refranes; mala fama la de febrero, por todas partes le dicen loquillo.

Antonio Hurtado; un libro vivo de la Vega

Reportaje Paco Cáceres

Antonio, huele a primavera. Sí, y la anuncian los pájaros. Ya están medio cantando. A mí me gusta escucharlos. Cuando estaba de acequiero, como hacía los cambios de riegos a las 3 de la madrugada, me iba al río, me sentaba allí al lado de una catarata y escuchaba el agua y los ruiseñores. Al amanecer el día cantaban los camachos, los verdones y los colorines, y eso me gustaba a mí. .. En esta mañana radiante, con cálida temperatura en la recacha, y con todos los árboles llenos de cantos, las palabras de Antonio me recuerdan a Juan Ramón Jiménez en su poema al álamo blanco;

Arriba canta el pájaro

y abajo canta el agua.

(Arriba y abajo,

se me abre el alma).

¡Entre dos melodías,

la columna de plata!

Hoja, pájaro, estrella;

baja flor, raíz, agua.

O este texto poético de “Platero y yo”; “Salgo al huerto y canto gracias al Dios del día azul. ¡Libre concierto de picos, fresco y sin fin. La golondrina riza, caprichosa, su gorjeo en el pozo; suba el mirlo sobre la naranja caída; de fuego, la oropéndola charla, de chaparro en chaparro; el chamaríz ríe larga y menudamente en la cima del eucalipto, y, en el pino grande, los gorriones discuten desaforadamente”.

Me hubiera gustado que mis hijos y mis nietos hubieran visto la Sierra como yo la vi

Sabía que hablar del río Monachil era hablar de la Sierra. Cuando el agua baja, Antonio sube. Cuando se hizo Pradollano se acabo con mucha fauna y vegetación. Hoy se están perdiendo las cosas, a mí me hubiera gustado que la juventud hubiera visto la sierra como estaba antes, con la naturaleza como era. Eso se perdió y esta generación no lo puede disfrutar ya. Mi abuelo y mi padre iban a coger hielo, hasta que empezaron a funcionar las fábricas que lo hacían. En la calle San Matías o por ahí había una. Cuando fui con ellos un verano y vi los témpanos de hielo de 30 o 40 metros, con vetas negras... decía yo; “papá, porque tienen esas rayas”. Y él me decía que cada raya es un año... Aquello debía tener cientos y cientos de años. Y la laguna de las Yeguas, como disfrutaba al verla... Me hubiera gustado que mis hijos y mis nietos hubieran visto la Sierra como yo lo vi. Pero ya no es posible, no es igual.

El ruiseñor canta para que la hembra no se aburra

El ruiseñor canta para que la hembra no se aburra

¿Por qué canta de noche el ruiseñor, Antonio? Para que la hembra no se aburra mientras está engüerando, luego sale la hembra a comer y el macho también engüera. El gavilán le ataca mucho. Yo lo veía en el cortijo. Además, cuando encendíamos la luz, el gavilán era capaz de ver una salamanquesa a 100 o 200 metros. Y de noche, cuando iba a regar la alfalfa ellos estaban en los cables de la luz y veían a los lirones. ¡De noche! ¡Cómo los veían! Se tiraban para abajo y se lo llevaban en el pico.Cuando llego a casa quiero confirmar lo que afirma Antonio sobre el canto del ruiseñor. Entro en una página de aves y dice; “Los machos empiezan sus trinos y gorjeos para atraerse a la hembra que han elegido, y, habiéndolo alcanzado, cantan mientras fabrican su nido. En tanto que la hembra permanece echada sobre los huevos, canta el macho noche y día para alentarla; pero así que los polluelos salen del cascarón, cesa el canto. El ruiseñor padre tiene también que ayudar a buscar orugas, huevos de hormigas, gusanillos y pequeños escarabajos para alimentar a sus hambrientos hijos, de suerte que no le queda tiempo para cantar. Parece haber perdido la voz, y sólo emite un graznido áspero que recuerda el croar de la rana. Si el nido ha sido robado poco después de la puesta de los huevos, canta el macho mientras construyen otro y hasta que empieza la incubación, pero raras veces lo hace mientras empolla la hembra una segunda nidada".

Antonio y María trocean las papas para sembrarlas

En este mes se echa la “joya”

En febrero despierta la Vega. El año pasado vino frío, este año parece más tranquilo, pero como dicen, febrerillo el loco... se puede esperar cualquier cosa. En este mes lo conveniente es poner las papas, se pueden poner zanahorias y también se echa la “joya” del tomate, pimiento, berenjena, puerros... ¿Y qué es la “joya”, Antonio? Pues se echan muchas semillas juntas en un roal de tierra o en un cajón, o donde sea, al que se le echa tierra. Después, por abril, cuando la planta está con unos 10 centímetros se saca y se siembra en la tierra, así, cuando el sol le da y lo riegas, lo agradece y tira p`alante. La “joya” hay que regarla casi todos los días y se suele poner en una recacha, pero si se pone en la vega se tapa porque no se vaya a helar.

Sé cuándo despierta el árbol

Pongo la mano en el árbol y sé cuando le circula ya la savia

Estamos junto a un gran fresno que ya va echando las hojillas. El fresno me gusta. Yo llevo años tomando sus hojas en infusión contra el ácido úrico y me va bien. Ese fresno tenía al lado una alberca para cocer el lino y el cáñamo y por eso está tan hermoso. Después en el verano da una buena sombra y le viene muy bien a los animales que tengo por aquí. Le comento a Antonio si nota la savia cuando circula por el árbol. Pues claro, pongo la mano y cuando la noto siento como algo de frío, un poquillo nada más, poquita cosa, pero es mi forma de saber si el árbol está ya despertando... Yo pruebo, pero nada, no noto nada especial. Eso sí, seguiré intentándolo hasta que mi mano tenga la sensibilidad de notar que la savia circula. En este mes los árboles se sulfatan. Antes se blanqueaban con cal. Hay sulfato ecológico, se hace con cal y azufre. Se le echa al tronco. Así se acaban con los huevos de todos los insectos. Y eso le da fuerza al tronco. Luego se nota en primavera porque hay menos piojo.

“Diicas” para disfrutar

¿Y la diversión en este mes? Pues fíjate lo que decíamos por aquí; “San Cecilio, la Candelaria y San Blas, esos tres diicas de fiesta son para cantar y bailar”. Antes se echaba un mecedor en un olivo y hasta la gente de Granada se subía para los Rebies si hacía buen día. Entonces, claro, no había ni una casa. Así, teníamos merendicas, mecedor y a tomar el sol.

Mis encuentros con Antonio son tranquilos y placenteros, vamos desgranando los temas y él va hilando sus palabras poco a poco, sin prisa, pensando lo que va a decir. Recordamos las luchas que llevamos en la Vega Sur y yo me quejo un poco al ver que la gente anda parada y le digo que en la Vega siempre tendríamos que estar activos, vigilantes, haciendo actividades, llevándola a Granada, a la gente. Es la única forma de que no caiga en el olvido. Antonio dice que sí; pero esto es como los desahucios, hasta que no tienes la soga al cuello, no saltas. Mientras tanto estás callado. Aquí la gente se movió cuando vio que podía perder la tierra, pero ahora que hay calma, cada cual está en sus cosas.

Antonio explica la Vega a estudiantes

Mucha gente no sabe el misterio de un tomate o una cerveza

Tocamos el tema de la agricultura, le digo que estos cuadernos están sirviendo para que se valore el campo, porque con sus palabras se dignifica la agricultura. Él se queda pensativo y me dice; Con poquita ayuda de los gobiernos y si se hablara de ella (la agricultura) en los medios y en los colegios... porque muchas personas no saben el misterio de un tomate o una cerveza, que sale de la cebada que se cría en el campo. ¡Si le dieran más merito! Porque antes sí se le daba. Una carrera está bien, pero el agricultor también tendría que tener su reconocimiento porque es el que cría para la gente, además, también alimentamos a los animales que después se comen. Por ello el agricultor tendría que estar mejor mirado.

David, ¿de dónde vienen los huevos?

Es verdad que trabajamos al raso, con nieve, con frío, con calor, pero después obtenemos la recompensa con el producto, pero eso hay que sentirlo, hay que estar enamorado de este trabajo. Y eso tenía que transmitirse desde que se nace. Habría que decir, “esto que comes se cría en el campo”, y los maestros tendrían que visitar las fincas con los niños. Y habría que decirles, “este árbol se llama así”. Lo mismo que se estudia otra cosa, que se estudie eso. Antonio se ríe recordando una anécdota; un día vino una maestra con los niños y había gallinas por allí picoteando, entonces le preguntó a uno; “David, de dónde vienen los huevos”. “Del Dani”, respondió el niño. La maestra se enfadó y dijo que la culpa la tenían los padres, pero yo creo que ella también tendría que enseñárselo. Antonio va y le abre la cerca a las gallinas, que salen en desbandada. “Para que tomen un poco el sol”, me comenta.

Juan Jesús, Antonio y Nacho, charlan

¿Y el futuro? Hay que animar a la juventud. Yo puedo enseñar

Los que nos leen van a decir que venga quejas, y venga pasado. ¿Qué cosas se te ocurren para que la Vega tenga futuro? Hay que animar a la juventud ante la falta de trabajo. Mira, aquí ya está trabajando Nacho, y ahora viene otro más. Yo puedo enseñar. Ya hemos preparado la tierra con diez tractoradas de estiércol, pero si ayudara el gobierno... yo sólo pido que nos reconozca, que vea que somos útiles. Un médico salva vidas, pero nosotros alimentamos a la gente. Tendría que haber bancos de semillas para que podamos criar y vender más barato y así la gente con la crisis también podría comprar más barato, pero para eso las semillas no pueden venir de por ahí. . Aquí se habla mucho de política, pero tendríamos que hablar de la vida, de qué somos capaces de hacer y hacerlo. Y enseñarle a la gente que podemos vivir de la agricultura, porque siendo lo más preciso está olvidada, ¿y cómo podemos olvidarla si hay que comer todos los días?, y las cosas no pueden venir siempre de Argentina o Marruecos, además si vienen de allí también son los agricultores los que producen aquellos alimentos.

Las gallinas picotean las hojas de lechuga que le echa Antonio

Nos damos una vuelta por la finca y vemos a Nacho, que nos presenta a Juan Jesús, de Consumo Cuidado, es el nuevo socio. Estamos en charla animada, de pronto Antonio mira las lechugas y nos dice “esas están entrando en sueño”. ¿Y eso qué es? Que se van poniendo amarillas. Coge las dos o tres que están “en sueño” y a la vuelta se las echa a las gallinas, que rivalizan por llevárselas al pico. El día sigue soleado y agradable. Hacemos planes para poner en marcha ya “La Vega es Vida”, la asociación de mayores que ha estado parada porque siempre había alguien enfermo, ahora que no está la cosa mal y lo peor del invierno está pasando, nos pondremos manos a la obra. Entonces cogeré mis hojillas, mi bolígrafo y mi cámara fotográfica. ¿Sabéis lo que será cuando empiecen a contar cosas de la Vega los cuarenta o cincuenta jubilados...? Un libro de vida; la savia, sabia.

Refranes de febrero

 Febrero es un mes embustero
 Febrero veletero
 En febrero loco, ningún día se parece a otro
 Febrerillo, me loquillo
 Febrerillo el loco, que saco a su padre al sol y lo apaleó
 Febrerillo el orate, cada día hace un dispaate
 Febrerillo el loco, un día peor que otro
 En febrero, un día al sol y otro al brasero
 En febrero, un día malo y otro bueno
 Refranes que no sean verdaderos y febreros que no sean locos, pocos
 Febrerillo el revoltoso no pasó de veintiocho, si treinta tuviera, nadie con él pudiera
 Febrerillo el corto, con sus días veintiocho, si tuvieras más cuatro, no quedaría perro ni gato.
 Para febrero guarda leña en tu leñero
 Agua de febrero, llena el granero
 Agua de febrero mata al usurero
 Venga febrero lluvioso, aunque salga furioso
 Si no llueve en febrero ni trigo ni centeno
 Si no lloviere en febrero, ni buen prado, ni buen sementero
 En febrero busca la sombra el perro, a finales, que no a primeros
 El sol de febrero, saca el lagarto del agujero
 En febrero sale el oso del osero
 Mal año espero, si en febrero anda en mangas de camisa el jornalero
 Flor de febrero no va al granero
 La flor de febrero no ve el frutero
 Cuando febrero fue marzo, marzo será febrero
 Febreros y abriles, los más viles
 Nieblas en febrero, abril llovedero
 En el mes de febrero, canta el jilguero, en mayo canta el canario

Portafolio

Por Veguita de Graná

El Martes 5 de febrero de 2013

Actualizado el 5 de febrero de 2013