Rosa Félix. Miembro de Democracia en Acción y Salvemos la Vega. Concejala de Atarfe
En los años 2004-2005 soplaba el viento a favor de Maximiliano Balboa, fundador de “Medina Elvira Golf” de Atarfe, urbanización de 3500 viviendas, campo de golf de 18 hoyos, centros comerciales, colegio bilingüe y hotel, que ha consumido más de un millón de m2 de uno de los parajes más bellos y fértiles de la ribera del río Cubillas. Y ello a pesar de que gran parte de los suelos donde se asienta esta construcción están protegidos por el POTAUG por su alto valor ecológico y ambiental. Además, forma un núcleo urbano independiente, porque está alejada 10 Km del casco urbano de Atarfe.
Balboa el conquistador. Víctor Sánchez celebraba fiestas en su honor
Balboa era un promotor “visionario”, como gustaba autodenominarse: tanto que podía empezar una urbanización de esas dimensiones sin arriesgar nada de sus bolsillos. Los bancos estaban dispuestos a aportar el capital necesario. El Ayuntamiento, con su alcalde Víctor Sánchez a la cabeza, saboreando las mieles de pingües ganancias, ponía a los técnicos municipales a su disposición, extendía alfombras rojas a su paso, lo honraba y exaltaba celebrando fiestas en su honor y, sobre todo, le certificaba la legalidad del proyecto ante los bancos y el Registro de la Propiedad. Balboa tenía motivos para la euforia, el Ayuntamiento, además, le había aprobado un Planeamiento urbanístico hecho a su medida, aunque contraviniera el Planeamiento General y la legislación urbanística.
Víctor Sánchez, no hay protección que se le resista. Saltarse lo legal, puro trámite.
El alcalde, también, se encargaba de derribar trabas: en 2005 consiguió que el PP y esa misma IU que ahora cogobierna con su sucesor, votaran por unanimidad el campo de golf “ecológico” (sic). Además, logró superar los impedimentos de la Delegación de Urbanismo, obteniendo en altas instancias de la Junta vía libre para construirlo en suelo protegido, aunque estaba prohibido expresamente levantar pistas deportivas en él dado su alto valor ecológico y ambiental. También logró la aprobación de la modificación de la vía pecuaria para convertirla en un carril para los carritos de golf; bueno, eso lo consiguió ¡cuando ya hacía dos años que las obras estaban hechas! Asimismo, obtuvo el apoyo de altas instancias del Gobierno, pues Patrimonio del Estado desafectó 51.600 m2 propiedad de Confederación, que ya previamente se había adjudicado Balboa en la Reparcelación de la futura urbanización. Por si era poco, la Delegación de Medio Ambiente, se lavaba las manos con aprobaciones “condicionadas” pero que de facto daban luz verde al proyecto. Corrían los años 2006-2007-2008, y el gobierno local de Atarfe todavía seguía siendo objeto de adulaciones inconmensurables, hasta el punto que algún eximio representante de la prensa exclamaba sin ningún pudor que si “Víctor Sánchez no existiera, habría que inventarlo”.
Balboa hizo un negocio redondo sin apenas aportar capital
¡Todo iba viento en popa! Las maquinas sacaban tierra y colmataban barrancos sin permiso de Confederación, construían la urbanización en suelo urbanizable, en no-urbanizable y en protegido por el POTAUG. Y, además, Tenía gasolina para hacerlo, pues contaba con un préstamo de 19.087.542€ de euros que le facilitó Caja Sur. Con ese préstamo empezó Medina Elvira Golf. ¿Y de su bolsillo?, según fuentes solventes, Balboa tan solo hizo un desembolso inicial de 225.000 euros para sufragar los primeros pagos de las dos fincas que compró: una de 900.000 m2 a los propietarios originales y otra de 100.000 m2 que le vendió Proyecto Atarfe S.A, empresa 100% municipal. Previamente, dicha finca había sido cedida gratuitamente a la empresa municipal por el ayuntamiento. Para Balboa fue un negocio redondo, compró al Ayuntamiento, en cómodos plazos, 100.000 m2 a 32 €/m2, al poco tiempo los vendía a ¡1.080 €/m2!
Para iniciar las obras, en contra lo establecido legalmente, no tuvo que aportar avales al ayuntamiento. Tenía (o tenían) tanta prisa en hacer caja que en 2006, el ayuntamiento recepcionó las obras aunque no estaban ejecutadas las redes de abastecimiento y saneamiento. Además, constituyeron una Entidad de Gestión y Conservación a la que derivaron todas las responsabilidades de la Urbanización, si bien no le entregaron las obras terminadas y en perfecto estado como fija la ley.
Centro educativo... ¿Es posible esta historia?
Por si fuera poco, una superficie de 45.225 m2 de suelo público destinado a centros docentes, sociales y comerciales no fue cedida por Balboa al municipio, contando con el beneplácito del Ayuntamiento. Constan en el Registro de la Propiedad como equipamientos privados, propiedad del promotor. Además, aunque en el convenio firmado con el ayuntamiento en 2004, figura que la construcción de los equipamientos previstos en los terrenos públicos que sí cedieron debía correr a cuenta del promotor, éstos no se han construido y al día de hoy no existen.
En 2008 a pesar del estado inacabado de la urbanización, la Consejería de Educación dio permiso de apertura al Colegio privado bilingüe, erigido en el suelo que el Plan Parcial contemplaba para el Equipamiento docente público. Balcep, empresa del Grupo Balboa, recurrió a una vieja patraña para construirlo: lo financió con los 180.000 € que pusieron cada uno de los 30 profesores que iban a trabajar en él. Les explicaron que iban a ser socios, pero después se encontraron con la desagradable sorpresa que habiendo puesto el 90% del capital eran tan solo propietarios del 1% de la Sociedad Balcep, propietaria real del Colegio. Muchos de los que protestaron y denunciaron en el juzgado la estafa han sido despedidos. Perdieron su trabajo y perdieron su dinero. ¿Acaso hay palabras para definir estos hechos?
¡Coge el dinero y corre! ¡Que aquí no hay controles!
A Balboa únicamente le importaba hacer caja, vendía parcelas a precios millonarios. Solo con 10 parcelas vendidas obtuvo un beneficio de más de 85 millones de euros, también obtuvo ganancias de los 13 solares que no vendió y que están ahí yermos, pues Bancos y Cajas con la garantía de esos terrenos, sin poner un solo ladrillo, le concedieron préstamos millonarios. Concretamente, éstas son las cantidades recibidas por los solares no construidos: B. de Santander (11.903.547,52€), Caja de Baleares (2.917.117,98 €) y Caja Sur (22.155.200 €), un total de más 37 millones de euros. A día de hoy, los embargos por estos préstamos no devueltos se disparan.
¿Cómo ocurrió todo esto? Muy fácil, no hubo controles, nadie vigiló si lo que pretendían construir era legal. Ni notarios, ni registradores, ni tasadores alzaron la voz, todos daban por buenos los certificados del ayuntamiento, las escrituras de Reparcelación y los Estudios de Detalle que suplantaban el Planeamiento legal. Los bancos tasaban con alegría pues las expectativas, según explicaba la prensa económica, eran brillantes; según ésta el grupo Balboa facturó 500 millones de euros en 2006 y preveía ingresar 1.200 millones en 2009. La banca no tendría problemas, recuperaría el dinero prestado y los intereses, participaría en los beneficios que producía el deslumbrante tándem Balboa-Víctor Sánchez. Legal o ilegal era negocio y eso era lo que importaba.
Los promotores que compraron las parcelas tampoco tuvieron problemas; recibieron licencias de obra para construir enormes bloques de pisos donde el planeamiento sólo permitía viviendas aisladas en parcelas mínimas de 1000 m2. Se embolsaron, también, cuantiosos préstamos de los bancos. Cajamar y Caja del Mediterráneo se sumaron a la fiesta del Santander, Caja Sur y Caja de Baleares concediendo préstamos. Sin terminar la urbanización, para remate, recibieron las licencias de primera ocupación del anterior y actual alcalde, procesados por ello.
Antes de éste, Rosa Félix hizo un artículo introductorio titulado: "¿Tiene víctimas el urbanismo? Piensa y acertarás".