A la higuera le tengo afecto; quitó mucha hambre

Reportaje. Paco Cáceres

Nuestros encuentros no tienen un esquema, vamos picoteando según van surgiendo los temas. Le comento a Antonio que vi un vídeo sobre el agua. en él una mujer decía que el agua habla. Antonio me dice que a él le gusta sentarse junto al el río, para escuchar el agua, y sigue contándome; cuando estaba como acequiero yo entendía el agua, sabía cuánta llevaba por el sonido, y como aquí tenemos unas acequias por encima de otras, eso es importante para saber si las que están arriba llevan más agua y hay que pasar una poca a la acequia de abajo que lleva menos, eso claro está, cuando falta agua, sobre todo al final del verano. Es el reparto del agua entre las acequias del Monachil. Antonio nos explicó en nuestra primera ruta de la acequia el Jacím que están los medidores para saber cuánta agua lleva una acequia, pero aparte, ya vemos, está el oído. Antonio me dice que el río Monachil lleva bastante agua. , le comento que ahora no puedo pasar por el camino de los Abencerrajes para ir a su cortijo, el río me lo impiderá. Él saca el dicho; "Caminos, río y religión, malas vecinas son".

El campo en marzo

Bueno, Antonio, vayamos al campo, ¿qué se hace en este mes? Pues te voy contando; en un claro del tiempo que hubo hace unos días sembramos las zanahorias, acelgas de semilla y rabanillos. Esta Vega sur tiene esa cosa, que está lloviendo pero en cuanto deja de hacerlo ya la tierra no está tan pesada como la vega de abajo. Pues eso, hubo un clarillo y como era viernes y la luna estaba en menguante, dije, ahora es el momento, y menos mal, porque cayó el sábado mucha agua. Si no hubiera sido así, hubiera tenido que esperar y no hubiera podido seguir la tradición de mis antepasados; sembrar con luna menguante en viernes.

Escardar, echar la joya, surcar, sembrar...

Ahora, si el tiempo nos deja hay que escardar los ajos y echarle abono, escardar las alcachofas y a último de mes sembrar remolacha de mesa, rabanillos... A mí me gusta tener variedad de productos..
Este mes hemos echado la joya de tomates, berenjenas, , pimientos.. También hay que echar la joya de los puerros, tarda 40 días, así para el mes que viene se pueden poner. Echaremos otra joya en el mes de abril para que no nos falte en todo el año; zanahorias, puerros, coles, rabanillos. Este mes, apenas abra el tiempo, tenemos que escardar y sembrar más. Ahora nos vamos a preparar para empezar a surcar y sembrar las lechugas morunas y primavera de verano. Para mover la tierra uso el rotavator (máquina con la cual poder remover la tierra sin mucho esfuerzo), para poder surcar bien. Ahonda poco, unos 20 o 25 cms. Algunos arados ahondan 70 cms. y mueven más la tierra de abajo. Eso hace que trague más el agua y te aguanta bastante.

En marzo los días empiezan a ser largos, a calentar el sol, estoy deseando que haga un día de calor para que reviente la flor de la ciruela. Así mis ciruelos estarán preciosos. La nectarina sí está ya en flor.

Cuando se pone el río “enfadao”...

Este mes está todo recién sembrado y con la lluvia no hemos podido hacer la labor, pero damos por bienvenida el agua, ya habrá tiempo de hacer las cosas. El agua siempre viene bien, como se suele decir “nunca es mal año por mucho trigo”. Por lo pronto ,los secanos ya están salvados, con una “chaparrá” que caiga en abril, tenemos. Eso sí, cuando se pone el río “enfadao”, como viene tan turbia el agua la dejamos que vaya río abajo para que no se se pegue el fango a las paredes de la acequia. y así no tener que limpiarla otra vez. En esos casos, todo lo más se deja que entre un chorrillo leve

A veces en marzo, cuando todo está nacido, caen unos “helazos” que no me gustan. Hay que tener en cuenta el dicho; “Los fríos de S. José si no vienen antes, vienen después. En fin, lo malo es eso, que al final hiele. Hay otro dicho referido a marzo, “por tres días que me quedan a mí y tres que me preste mi hermano abril, os hago gemir”. Eso es lo que siempre tememos los agricultores, que cuando está la flor, se hiele y se pierda el fruto.

Y la flor del ciruelo "reventó"

Antonio me ha avisado que ya están en flor los ciruelos. Cojo mi mochililla con el cuaderno, el boli, la lupa y la cámara de fotos y me voy por la rotonda de La Zubia, río Monachil arriba hasta adentrarme en la Vega Sur, no puedo cruzar por el camino de los Abencerrajes, pero tomo fotos del río por ese paraje, más arriba cruzo el puente y me adentro entre las huertas y cultivos por la Vega Sur, no hace frío y el sol asoma entre alguna que otra nube. Saludo a Antonio, más allá están trabajando Juan de Consumo Cuidado y su compañera. Antonio me invita a sentarme junto a un ramal de acequia y nos ponemos a charlar. Le cuento que he leído recientemente que antes, muchos de los encuentros de la gente se hacían junto a un árbol. Le refiero que precisamente el Gobierno vasco jura ante un roble, el llamado árbol de Gernika. Antonio empieza a narrar; en la vega siempre hay sitios de encuentro donde se ven jubilados, cada uno canta su pito y echa el embuste más gordo. En el pilarillo del agua que hay en el camino también solemos juntarnos.

Lo de los árboles, sí, claro que los buscamos, sobre todo en verano (aunque sea marzo lo contamos, que tampoco podemos estar prisioneros del mes). Imagínate, me dice señalando un castaño, un nogal y unas higueras, aquí en pleno verano, pues qué vamos a hacer, pues irnos debajo de ellos. También cuando llueve, pero en eso hay que tener cuidado, se dice que “el que se mete debajo de una hoja, dos veces se moja”. Antes, en el trabajo del campo, tanto por la mañana como por la tarde, como no había eso de los bocadillos como ahora, porque comer estaba más difícil, lo que hacían era dos “fumadas”, es decir, echar un cigarrillo. A la gente le gustaba echar la fumada debajo de una higuera, porque si había higos, algo se comía, hay variedades que le duran tres meses los higos en la higuera. Yo le tengo mucho afecto a ese árbol, porque en tiempos difíciles quitó mucha hambre.

Si el árbol estaba al lado de una acequia, mejor

También la gente se ponía debajo de un olivo. Y hablando de olivo me señala uno que hay en la punta. Aquel olivo sí que es “güeno”, puede tener doscientos años, era inmenso, pero lo recortaron, si hubiera sido antes mío no se recorta. Daba hasta trescientos kilos de aceituna. Unos 6 sacos de 50 kilos. Ahora, con el recorte que le hicieron da menos, aunque hay años que echa los 200 kilos.

Si el árbol estaba al lado de una acequia mejor que mejor, te agachabas, y a beber, porque el agua venía limpia, no hacia falta echarle nada para poder beberla.

El cagachín anuncia el agua

Escuchamos los pájaros que van y vienen, que pían y pían. Antonio, ¿hay algún pájaro perjudicial para la agricultura? El gorrión es el más dañino, se come la flor de las habas, las lechugas, aunque también se come los insectos. Los demás son buenos. El cagachín anuncia el agua. Ahora empiezan a venir los camachos, los colorines y los verdones (verderones). Aunque como ya sabes porque lo conté el mes anterior, el que más me gusta es el ruiseñor, ahí siempre, junto a la hembra, cantándole mientras enhuera... Ya os dije, yo iba a lo de la acequia y me sentaba junto al río y lo escuchaba allí junto al agua y me sentía muy bien. Me llama la atención el nombre de cagachín y lo busco en internet; es el carbonero común. Entresaco esto; “también se le llama Aguaquí, cagachín, caganchín, caganchín de los grandes, cantimpeira, cantimpera, chachapín, chapín, chichipán, chinche, chinchín, chochoví, cuchinchín, fifirifí... En Cabra (Córdoba) dicen; “Aguaquí, aguaquí, aguaquí...” A esta avecilla le atribuyen la cualidad de poder adivinar cuando va a llover y que cantando lo anuncia sin parar. Los aceituneros, que siempre están pendientes de las condiciones meteorológicas, ya que el agua en época de recogida de aceitunas no les beneficia, cuando le oyen, dicen despectivamente: “ya está ese anunciando agua”. En la página explican también los por qué se le dicen los otros nombres. Http: //www.elistas.net/cgi-bin/eGruposDMime.cgi?K9D9K9Q8L8xumopxCuknyCPWQPXTCvthCnoqdy-qlhhyCTVVQffb7

Pues claro que me gustan las macetas

Ahora hablamos de flores, cuando ya empiezan a “reventar”. La flor más temprana es la de las habas y de árboles, aparte del almendro, las nectarinas, el ciruelo... después vienen las cerezas, que son las más rápidas, porque echan la flor y para mayo ya tienen las cerezas. A mí las flores me gustan, soy un jardinero. Y las macetas ¿te gustan? Pues claro que me gustan yo tengo en mi casa y aquí en el cortijillo tengo algunas. Lo que pasa es que son muy “trabajás” y siempre tienes que estar pendiente de ellas.

Mientras se cuela el sol entre pequeñas nubes y sentimos la buena temperatura, Antonio dice; este sol llama a la savia. Ahora las acelgas, las lechugas, habas, espinacas, guisantes crecen en media semana lo que no han hecho en un mes. Vamos caminando y charlando, varios perros nos acompañan, comentamos aquí y allí; anécdotas, historia, vega, agricultura, crisis... pero todo no podemos transcribirlo, sería demasiado.

Volvemos en abril, esperamos hacerlo a principios. Os dejamos con el refranero del mes

– Marzo, marcero, o tan frío como enero o tan falso como febrero
– En marzo como marzadas; viento frío y granizadas
– En marzo, la veleta, ni dos horas está quieta
– Viento marzal, buen temporal
– Febrero loco y marzo otro poco
– De marzo no te fíes que es traidor, tan pronto frío como calor
– Marzo, marzuelo, un día malo y otro bueno
– Marzo engañador, un día malo y otro peor
– Marzo varía siete veces al día
– Marzo ventoso y abril lluvioso, hacen de mayo florido y hermoso
– Sale marzo y entra abril, nubecitas a llorar y campitos a reír.
– Lluvias en marzo, hierbas en los sembrados
– Agua de marzo, hierbazo
– Marzo de lluvias cargado, hace un año desgraciado
– Si marzo viene de agua, pronto se trillan las parvas
– Nieve en marzo, vale un dinerazo
– El sol de marzo temprano es para el campo muy sano
– Si en marzo truena, cosecha buena
– Cuando en marzo truena, año de almendras
– Si oyes tronar en marzo, prepara la cuba y el mazo
– Por San Raimundo, viene la golondrina del otro mundo
– Por San José la golondrina veré.
– Marzo trae las hojas y noviembre las despoja
– Cuando marzo vuelve el rabo, todavía al invierno no se le ve el rabo
– Si marzo marcea, abril abrillea
– Cuando marzo marcea, abril lluvisnea
– Si marzo mayea, mayo marcea
– Nieblas en marzo, heladas en mayo
– Cuando tu casa vayas a obrar, en marzo has de empezar
– Campos en marzo atrasados, se ven por junio colmados
– Cuando en marzo la rana canta, en abril se calla
– Cabrito el de marzo, cordero el de enero
– Marzo y abril, si no la pegan al entrar, la pegan al salir
– Si a últimos de marzo o primeros de abril no ha cantado el cuco, es que está malo o se quiere morir.