Manuel Cala Rodríguez, es Presidente de GRAECO, miembro de Salvemos la Vega, colaborador de otragranada.org
El 14 de febrero de 2019, representantes de InterVegas (1), presentamos en el Congreso de los Diputados la “Proposición de Ley de Protección de Suelos de Alto Valor Agrológico y Otros Suelos de Interés Agrario” (PL) (2), que hemos elaborado y consensuado, durante algo más de dos años, bajo un gran consenso social político, personas y colectivos de todas las Comunidades Autónomas (CC.AA.).
Sus inicios parten de finales de 2015, en el seno de las “I Jornadas de la Federación InterVegas”, celebrada en Granada. Personas representantes de Territorios Agrarios Históricos de las 17 CC.AA., cada una con un tarro de tierra de su territorio sembramos un granado, nos unimos en esa acción simbólica que iniciaría el camino de la Red Estatal Intervegas. Nace así, como un proyecto abierto y con un primer propósito: promover el “Pacto Estatal por la Soberanía Alimentaria, la Educación Ambiental y la Sostenibilidad del Territorio”. Este pacto constituye un decálogo para la creación de una Ley Estatal que proteja y dinamice los suelos fértiles de estos territorios. La necesidad de su defensa surge de las importantes funciones ambientales, productivas e histórico-culturales, su decisiva contribución a la seguridad y soberanía alimentarias, a la lucha contra el cambio climático y la gestión sostenible del territorio .
Numerosos contactos para que una ley inspirada en diversos documentos internacionales vea la luz.
A lo largo de este tiempo hemos mantenido contactos individualizados con todos los partidos políticos con representación parlamentaria, y colectivamente reuniones con sus portavoces de la Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación del Congreso de los Diputados, así como con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. De todos ellos se recogieron sus opiniones. La PL se inspira en: - El “Convenio Europeo del Paisaje”, ratificado por España el 26 de noviembre de 2007. - La “Carta Mundial del Suelo” revisada por la Conferencia de la FAO en su 39º período de sesiones, celebrado en junio de 2015 coincidiendo con la declaración del año 2015 “Año Internacional de los Suelos. - La “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, adoptada el 25 de septiembre de 2015 por la Asamblea General de la ONU. Su marco normativo se ha centrado en los artículos 45.1, 130.1, y 149.1.23 de la Constitución Española. Sus antecedentes, además del articulo anterior, emanan del Real Decreto Legislativo 7/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Suelo y Rehabilitación Urbana, y en la Ley 42/07, de 13 de diciembre, de Patrimonio Natural y Biodiversidad.
Espacios agrarios amenazados, procesos insostenibles que aumentan la sobreexplotación y la contaminación… Hay múltiples razones para elaborar una Ley que proteja los suelo fértiles
Las razones para elaborar una Ley de protección de los suelos fértiles, inexistente en España, se recogen en su Exposición de Motivos donde se dice que el mantenimiento y la preservación de los espacios agrarios, su agricultura y sus paisajes se ven hoy amenazados como consecuencia de la expansión de la superficie artificial, la fragmentación de los espacios agrarios por diversas infraestructuras, el abandono de la actividad agraria profesional y la pérdida del patrimonio material e inmaterial vinculado con la agricultura; a ello hay que sumar también las consecuencias derivadas de determinados procesos de modernización e intensificación insostenibles por sus efectos altamente contaminantes del agua, el aire y los suelos, la desecación de humedales, la sobreexplotación y agotamiento de los acuíferos, y la pérdida de conocimientos ecológicos locales, de prácticas de gobernanza colectiva y de la alta capacidad de resiliencia de numerosos agroecosistemas heredados. Estos impactos negativos actúan como importantes impulsores de la degradación ambiental del territorio, al tiempo que deterioran las relaciones entre campo y ciudad, favoreciendo la desconexión entre el mundo rural y urbano, y suponen una pérdida de identidad territorial de muchos lugares.
El buen estado de los suelos construidos a lo largo de miles de años, es imprescindible para la vida
La fertilidad y el estado saludable de los suelos, sin ser el único, constituye un requisito previo básico para el cumplimiento de una serie de objetivos y funciones ambientales y sociales. El buen estado de los suelos es imprescindible para la obtención de alimentos, biomasa (energía), fibra, forraje y otros productos, así como para garantizar la prestación de servicios ecosistémicos esenciales en todas las regiones del mundo. Los suelos vivos se han ido constituyendo a lo largo de miles de años de acción natural y mediante procesos muy complejos y lentos. En territorios estériles, sin suelo vivo y sin fertilidad, la humanidad no tiene futuro.
Recuperar la fertilidad de los suelos es crucial para mitigar el cambio climático y para adaptarse a sus efectos
La protección de los suelos, su uso sostenible y las acciones de restauración dirigidas a recuperar su fertilidad son cruciales tanto para mitigar el cambio climático, como para adaptarse a sus efectos. Por el contrario, su uso insostenible liberan una cantidad de CO2. De ahí que el paso de suelo considerado rural a suelo artificial es uno de los problemas ecológicos más graves a los que nos enfrentamos.
Por todo ello, es imprescindible proteger y mantener los suelos fértiles, asegurando una producción anclada en el territorio, próxima o de cercanía, que permita que las poblaciones puedan abastecerse de productos frescos, de calidad y asociados a las dietas mediterránea y locales, reduciendo los costes de transporte y las emisiones de gases de efecto invernadero asociados a los alimentos que han recorrido grandes distancias antes de llegar a nuestra mesa. El suelo fértil es una reserva alimentaria estratégica esencial para el soporte de políticas agroalimentarias locales, y para favorecer tanto la economía local como el mantenimiento de los paisajes de la agricultura donde poder desarrollar actividades educativas y de disfrute al aire libre.
Sorprende que no exista una ley de protección, restauración y mejora de los suelos
Pese al importantísimo papel de los suelos a todas las escalas y en muy distintos ámbitos, sorprende que no exista en España una norma específica de carácter básico que tutele sus valores y fomente su restauración y mejora en caso de pérdida, contaminación o erosión. Ni la legislación básica del Estado en materia de patrimonio natural y biodiversidad, ni la referida a agricultura y desarrollo rural se ocupan de esta alta cuestión, como si se diera por hecho la existencia inmanente de un recurso tan valioso como frágil, y tan vorazmente destruido. Es, paradójicamente, la legislación básica de urbanismo y suelo, y su desarrollo por las Comunidades Autónomas, nacida -no se olvide- de la necesidad de ordenar y regular la ciudad y la urbanización, la que, en términos negativos, establece las condiciones y el régimen de protección de determinados suelos como “no urbanizables” por albergar ciertos valores, entre ellos, los agrarios, o, simplemente por no ser necesarios o convenientes para la urbanización.
La ley presentada por Intervegas establece la protección de los Suelos de ato Valor Agrológico y los Suelos de Interés Agrario por sus importantes funciones ambientales, productivas e histórico culturales
Esta ley define y establece el régimen básico de protección de los denominados Suelos de Alto Valor Agrológico (SAVA) y de los Suelos de Interés Agrario (SIA), por sus importantes funciones ambientales, productivas e histórico-culturales, su decisiva contribución a la seguridad y soberanía alimentarias, a la lucha contra el cambio climático y la gestión sostenible del territorio. Al mismo tiempo, la ley armoniza y otorga amparo y seguridad jurídica a los ordenamientos legales de las comunidades autónomas y los ayuntamientos que pretenden intervenir para proteger estos suelos estratégicos de tan alto valor.
No obstante, es preciso tener en cuenta que el patrimonio de suelos fértiles adquiere todo su valor y sentido en la medida que es la base de la actividad agraria, que es un suelo vivo desde el punto de vista biofísico, pero también socioeconómico. Por lo tanto, esta ley se apoya en los instrumentos existentes de desarrollo rural y en aquellas medidas de orden legal y de carácter proactivo que son útiles para lograr la reactivación efectiva de los suelos cultivables.
En los entornos más poblados, donde más suelo fértil se pierde, han surgido iniciativas sociales muy interesantes
En los entornos metropolitanos es donde la pérdida de suelos fértiles ha tenido más importancia. En estos mismos entornos han surgido diferentes iniciativas sociales que se han traducido en figuras de protección como los parques agrarios, protegiendo y valorizando la producción primaria frente a la urbanización o el abandono. Estos espacios agrarios protegidos vienen a coincidir con espacios de agricultura periurbana en sus diversas modalidades y espacios que gozan de valores intrínsecos y culturales que son consideradas en la presente ley. Sin embargo, estas figuras no están extendidas a todas las aglomeraciones urbanas, ni son iniciativas apropiadas para múltiples situaciones de convivencia entre la ciudad y los espacios agrarios periurbanos.
Esta es la estructura de la proposición de ley
La ley se estructura en 3 títulos, y un total de 21 artículos, 2 Disposiciones adicionales y 3 Disposiciones Transitorias. El Primer Título establece el objeto de la ley, los principios que la rigen, los objetivos, las definiciones y los instrumentos que se promueven. El Segundo Título dedicado al régimen de protección de los Suelos de Alto Valor Agrológico (SAVA), y otros Suelos de Interés Agrario (SIA), se ordena en tres capítulos. El primero define y establece los indicadores para la calificación de los considerados SAVA, de acuerdo a la clasificación de los suelos reconocida a nivel internacional y promovida por la FAO. Esta calificación otorga la más alta protección a estos suelos que deberán ser identificados a nivel estatal. Sus especiales valores agrológicos y ambientales determinan su conservación. La ley establece, además, que estos suelos sean clasificados de acuerdo a cuatro categorías en función de su uso y ubicación. El capítulo segundo regula la clasificación de otros SIA, cuya identificación y calificación será responsabilidad y competencia de los municipios y comunidades autónomas. El Tercer Título se recogen como figuras de protección y gestión de suelo rústico las categorías de “Parques Agrarios” y “Otras figuras de protección”.
Para promover el máximo consenso de cara a su aprobación, InterVegas ha puesto en marcha de manera paralela la campaña "Protejamos los suelos fértiles”. Esta campaña pide el apoyo expreso de administraciones públicas, Organizaciones No Gubernamentales, entidades privadas y personas a título particular. Por ello, también se ha iniciado una campaña de recogida de firmas a través de la plataforma Change.org (4).
…Y todo empezó en Granada
Con un granado en Granada empezó todo. La comunidad del surco comenzó su andadura, empezaron a brotar las raíces que hoy nos unen, nos resumen, nos hacen plurales, con un objetivo compartido: dar frutos orgullosos que protejan la riqueza que nos alimenta y salva. Estamos a tiempo. Lo vamos a conseguir. Lo estamos consiguiendo. Protejamos los suelos (Alonso, J.).
Notas
(1) INTERVEGAS, (2015). Disponible en: http://intervegas.org/introduccion/
(2) PL (2019). “Proposición de Ley de Protección de Suelos de Alto Valor Agrológico y Otros suelos de Interés”. Disponible en: http://intervegas.org/wp-content/uploads/2018/12/Proposicio%CC%81n-De-Ley-InterVegas.pdf
(3) ALONSO, L. (2019). “Protejamos los Suelos Fértiles”. Normas , Principios, Políticas. AE nº 35, Primavera 2019. The Ecologist
(4) CHANGE.ORG (2019). 1.700 firmas en aproximadamente un mes. Para adhesiones: https://www.change.org/p/queremos-una-ley-que-protejanuestros-suelos-fértiles-protejamos
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