Temáticas > Agua >

Habrá actuaciones de la Plataforma en Defensa del río Castril

Otra amenaza para la vida del río Castril: empiezan las obras de la central hidroeléctrica del Portillo.

Francisco del Río, colaborador en la comarca de Castril

En este artículo Francisco del Río reflexiona sobre el inicio de las obras de la central hidroeléctrica en la presa del Portillo, sobre el río Castril, a la que ACPES presentó alegaciones. Por otra parte, defensores del río y de Castril querían intentar pararlas por estar dentro del Conjunto Histórico de Castril.

Francisco del Río. Colaborador de Correos de la Vega-www.otragranada.org en la comarca de Castril.

Aprovechar la presa de un pantano para construir una central hidroeléctrica y producir energía, en principio, podría ser una iniciativa compatible con una concepción sostenible de la economía y los recursos. Plantearse la construcción de un pantano o de una presa con la finalidad de construir una central hidroeléctrica es ya más que dudoso. Un pantano, una presa, siempre son intervenciones humanas que alteran el curso natural de los ríos provocando numerosas afecciones sobre el medio: inundan zonas de vega, modifican las condiciones del ecosistema, impiden los flujos de especies propias del hábitat de ríos y riberas, etc. Es posible que, extremando las cautelas ambientales, puedan reducirse los impactos hasta hacer considerar como medioambientalmente aceptables o necesarias algunas de estas intervenciones; algo poco frecuente, por no decir prácticamente nulo, en la mayoría de los casos.


Lo más sensato, hubiera sido plantearse un proyecto de recuperación integral del río, procediendo a la demolición de la presa.


Situándonos ya en el río Castril, acaban de iniciarse las obras de la proyectada central del Portillo, denominación del pantano sobre el río Castril. El pantano, ya de por sí, es una aberración ecológica que no se hizo más que con trasnochados criterios desarrollistas, económicamente injustificables y medioambientalmente insostenibles, respondiendo a la misma lógica de la mayoría de los pantanos construidos durante el franquismo. Lo más sensato, hubiera sido plantearse un proyecto de recuperación integral del río, procediendo a la demolición de la presa. Ese sería el futuro más racional tanto para este pantano como para el de S. Clemente (sobre el río Guardal), también innecesario y antiecológico, y cuya absurda huella hemos heredado en la comarca de Huéscar.


Especialmente preocupante sería que no se respetasen los caudales ecológicos y las cantidades adicionales para los regadíos de Castril y Cortes.


Ahora bien, si partimos del hecho de que por ahora, salvo desde posiciones ecologistas, no se plantea la demolición, ¿puede darse utilidad a la presa con la instalación de una central hidroeléctrica? Si no se degradan y deterioran las condiciones en las que se desarrolla la vida del río, el ecosistema fluvial y los ecosistemas de ribera; si se mantienen los caudales necesarios, correspondientes al caudal ecológico y a los regadíos tradicionales; si el proyecto ha cumplido con los preceptivos trámites de exposición y consulta, con las autorizaciones pertinentes, y si se han tenido en cuenta las alegaciones que en materia medioambiental se hicieron en su momento, especialmente por ACPES (Asociación para la Conservación Piscícola y de los Ecosistemas acuáticos del Sur) incorporando las consiguientes rectificaciones y mediadas correctoras, podría aceptarse.

Especialmente preocupante sería que no se respetasen los caudales ecológicos y las cantidades adicionales para los regadíos de Castril y Cortes. Estos caudales ecológicos, que deben mantenerse a lo largo del año y que fueron estimados por expertos universitarios en estudio dirigido por el profesor Alba Tercedor, lo sitúan aguas abajo del Portillo en cifras que oscilan entre los 1000 y 1.500 l/sg. A ello hay que añadirle el caudal necesario para regadíos. Sólo de esta forma puede garantizarse que el incremento de impacto, sobre el que genera la presa de por sí, sea mínimo. Lo que no puede aceptarse de la CHG es el caudal que inicialmente han propuesto de 500 l/sg. Esa cifra no responde a ningún estudio y no es más que el agua que pretenden dejar cuando la central se encuentre en el período en que no está turbinando. Dado que el punto de captación de agua para el trasvase a Baza está situado, por ahora, aguas abajo, el río quedaría prácticamente seco a su paso por Cortes de Baza. Este caudal de 500 l/sg. es menor que el caudal que dejaron cuando hicieron las obras en el túnel (560 l/sg.), con las consecuencias sabidas de muerte de truchas a los pocos días, en lo que fue todo un ecocidio y por el cual están imputados dirigentes de la Agencia Andaluza del Agua. De mantener esa cantidad de agua durante el período que no esté turbinando la central, ello supondría la muerte inmediata y definitiva del río Castril como río vivo.


la Plataforma por la Defensa del Río Castril, va a tomar una serie de iniciativas conducentes a que estas obras recién inauguradas se ajusten a la legalidad.


No nos consta que se hayan tenido en consideración todas las alegaciones y cautelas medioambientales, como tampoco que las obras vayan a realizarse con el escrupuloso respeto a las normativas de protección ambiental y cultural así como de tipo urbanístico, como el hecho de que estén incluidas dentro del Conjunto Histórico de Castril, una de las figuras BIC. Por ello, la Plataforma por la Defensa del Río Castril, en los próximos días, va tomar una serie de iniciativas conducentes a que estas obras recién inauguradas se ajusten a la legalidad.

Por Correos de la Vega

El Martes 18 de enero de 2011

Actualizado el 14 de julio de 2011