Equipo de Debates Ecológicos, Sociales y Territoriales
Resumen y adaptación del documento base de la Plataforma para un Nuevo Modelo Energético
Documento originaldisponible en http://www.nuevomodeloenergetico.org/pgs2/files/6213/6476/7221/Documento_Base_PNME_definitivo.pdf
El escenario energético está cabiando
El escenario en el tema de la energía estaba claro a nivel de opinión pública; Sí, hay un modelo basado en tecnologías sucias y peligrosas (combustibles fósiles y nuclear) pero es mucho más barato y accesible que el de las energías renovables y limpias sin apenas desarrollar, por tanto está clara la elección.
Sin embargo en las últimas décadas esta situación está cambiando; las tecnologías contaminantes se encarecen por costes directos (agotamiento de los yacimientos de fácil acceso, aumento de las inversiones en seguridad), e indirectos (contaminación y cambio climático, guerras), en cambio los avances en fuentes renovables limpias hacen que mejore su rentabilidad y que bajen los precios.
Es decir, si se converge en costes, no se contamina y son recursos renovables, se puede concluir que hoy día no nos podemos permitir más seguir con un modelo basado en el despilfarro energético y la contaminación que provoca en el Planeta cambios que pueden empezar a ser irreversibles.
Aunque esto es así, los ciudadanos aún tienen la errónea percepción de que no hay alternativas al modelo energético imperante. Para empezar los ciudadanos tendrían que preguntarse por qué la tarifa eléctrica ha subido un 80 por ciento desde el año 2004, empobreciendo al consumidor doméstico y dificultando la supervivencia de muchas empresas. Si la ciudadanía atisba las razones verá que en el fondo hay una alianza de hierro entre los gobiernos y las grandes compañías del sector de la energía, cuyos enormes beneficios y poder sólo es posible con su modelo centralizado, contaminante y basado en maximizar la dependencia de los ciudadanos y los pueblos. Esa alianza se puede romper si una ciudadanía concienciada fuerza a los gobiernos a aliarse con los ciudadanos y el medio ambiente para trabajar por el bien común y por una verdadera democracia energética.
¿Pero es realmente necesario cambiar nuestro modelo energético?
– Sí. Porque hoy día la Tierra no va a esperar a que nos pongamos de acuerdo para hacer compatible nuestro consumo material con los frágiles equilibrios de la biosfera. La dinámica económica y social debe ir en armonía con la medioambiental; y el medio ambiente va antes.
– Sí. Porque nuestra alta dependencia de los combustibles fósiles provoca desequilibrios macroeconómicos; enorme endeudamiento neto con el exterior, inmenso déficit de nuestra balanza energética, que no deja de crecer… Y además, hay que comprar a otros países derechos para emitir tanto CO2. Con menor dependencia energética, la economía iría mejor.
– Sí. Porque crea más empleo: Las renovables, las técnicas constructivas y la implementación de dispositivos de ahorro y de uso inteligente de la energía suponen un inmenso yacimiento de puestos de trabajo, tanto en su primera instalación como en el mantenimiento y operación. Un sistema energético descentralizado basado en las renovables es mucho más intensivo en mano de obra que el modelo centralizado vigente.
– Sí. Porque nos da independencia y seguridad de suministro: En todas partes hay viento, sol, gradiente geotérmico, biomasa, cursos de ríos o empuje de las olas. Sin embargo las materias primas energéticas convencionales están muy localizadas en países, muchos de ellos inestables políticamente. El Nuevo Modelo Energético (NME) significa una gobernanza mundial más justa y menos conflictiva.
– Sí. Porque a nivel local, o incluso personal, el NME supone empoderamiento en una necesidad básica tan importante como la energía.
Vale, ¿pero es posible ya la transición a otro modelo energético?
– Sí. Porque muchas de las tecnologías renovables son ya competitivas en precio. Y la inversión en medidas de ahorro y de uso inteligente de la energía se recupera en pocos años de su vida útil. Por tanto caminar hacia el NME es posible económicamente hablando.
– Sí. Pero para que tenga éxito la transición hay que rediseñar el sistema energético alrededor del modelo sostenible y limpio, introduciendo los cambios que es necesario introducir todos los cambios que precise el sistema para implementar el NME de la forma más eficiente posible: seleccionar con criterio las mejores tecnologías disponibles para cada emplazamiento, política energética que permita un desarrollo ordenado de todas las fuentes renovables, aprovechar los futuros ahorros para implementar sistemas eficientes de acumulación, derivar más usos energéticos, particularmente el transporte, hacia la electricidad, planes de movilidad sostenible con menos desplazamientos, promoviendo el comercio de proximidad y los circuitos cortos de intercambio, lo cual también fomenta el empleo local, ver el entorno rural como fuente de recursos energéticos, además de agrícolas y ganaderos…
¿Y qué características debería tener el nuevo modelo energético?
El Nuevo Modelo Energético (NME) se construye sobre cuatro pilares esenciales:
– Ahorro: La mejor gestión de la energía es eliminar todo consumo innecesario; es decir, el despilfarro energético. ¿Y cómo? Con un Código Técnico de la Edificación, programas de rehabilitación residencial, planes de movilidad y el transporte de mercancías.
– Renovables: Las tecnologías renovables utilizan materias primas energéticas autóctonas, que se regeneran y que no emiten (o de forma mínima) contaminantes a la atmósfera. Estas renovables deben desplazar lo antes posible a las tecnologías sucias y peligrosas.
– Eficiencia: Debe haber un pequeño reajuste en los hábitos de consumo y un despliegue de dispositivos y tecnologías complementarias que optimicen automáticamente el mejor uso posible de la energía en cada momento, con redes inteligentes, definición de estructuras dinámicas de precios o sistemas de acumulación para gestionar los picos de demanda.
– Soberanía: Frente al modelo centralizado y oligopolístico que caracteriza al sistema energético actual, la mayor parte de las tecnologías renovables permiten una distribución descentralizada, es decir, la soberanía individual a través del autoconsumo (paneles solares fotovoltaicos y térmicos, calderas de biomasa, sistemas geotérmicos, turbinas minieólicas, etc.), o plantas renovables de tamaño medio vinculadas al consumo local. Esta independencia energética nos liberaría del sometimiento a las élites económicas que poseen recursos fósiles y nucleares, del agotamiento de recursos, de mucha contaminación y nos daría la capacidad democrática de decisión sobre el modelo energético a escoger en el ámbito local/comarcal.
¿Qué propuestas de acción habría que desarrollar para ir a otro modelo energético?
La transformación del sistema energético de una forma tan profunda como la que se propone aquí precisa del impulso político del Gobierno. A él por tanto le corresponde liderar las iniciativas
Bloque 1: Profunda reforma del Sector Eléctrico
Es preciso comenzar con una minuciosa auditoría económica y social de todos los costes que se imputan a la tarifa eléctrica, de los criterios que determinan los precios por kWh que se establecen en las distintas tarifas eléctricas vigentes y un análisis completo de los ingresos que, por todos los conceptos, han venido percibiendo las compañías eléctricas al menos desde la reforma del sector eléctrico del año 1997.
Además es necesaria una reforma en profundidad del propio mercado eléctrico sobre la base de los siguientes principios:
– Simplificación: para que la ciudadanía pueda participar con conocimiento en el debate sobre el modelo energético óptimo.
– Retribución justa de las diferentes tecnologías: Recoger en la retribución los impactos negativos de determinadas tecnologías en lo medioambiental, social o macroeconómico.
– Jerarquización entre tecnologías: Reforzar el principio de que las centrales renovables deben entrar con carácter prioritario en el sistema (aunque no antes de los dispositivos de ahorro y eficiencia). El resto de tecnologías, se incorporarían siguiendo criterios económicos, sociales y medioambientales.
Bloque 2: Medidas específicas para implementar el cambio de modelo energético
Las medidas específicas de fomento del nuevo modelo energético necesitan:
1. Constitución de una mesa de negociación, pública y transparente liderada por el Gobierno e integrada por partidos políticos, representantes de empresas del sector y organizaciones ambientales, sociales, sindicales y de consumidores, con el objetivo de aprobar un Plan Energético Nacional con el mayor consenso político y social.
2. Es urgente tomar medidas que palíen la extrema situación en la que se encuentra actualmente el sector de las energías renovables, que ve cómo se destruye en unos pocos meses la inversión que como país hemos realizado en un sector puntero y de futuro.
Aparte, dos medidas concretas
– Fomento del autoconsumo eliminando todo tipo de barreras al autoconsumo de la energía producida por un consumidor para sí mismo.
– Restitución de la seguridad jurídica en el sector de las renovables en España.
Abordar también con carácter urgente el futuro de la energía nuclear en nuestro país, que pasaría por su desmantelamiento, dentro de plazos razonables.
Bloque 3: Medidas transversales
– Aprobación de una ley de ahorro y eficiencia energética que desarrolle instrumentos de planificación del ahorro, que establezca requisitos energéticos en el diseño de productos, que ponga fecha de caducidad a tecnologías obsoletas y a usos despilfarradores de la energía en iluminación o calefacción y que establezca medidas de eficiencia energética más avanzadas en edificios, equipamientos y vehículos, así como en el diseño urbanístico. Todo ello acompañado de medidas de información y sensibilización.
Edificación
– Plan que fomente la rehabilitación y modernización energética de las viviendas y edificios, con medidas de eficiencia obligatorios en el parque edificatorio existente, regulando la certificación energética de edificios existentes.
– En las nuevas edificaciones incluir una modificación del Código Técnico de la Edificación (CTE), que tenga como objetivos a corto plazo un consumo energético casi nulo.
Transporte
El sector del transporte consume un tercio de la energía primaria, fundamentalmente en forma de derivados del petróleo. Es imprescindible avanzar en su urgente transformación con:
– Fomento del transporte público y abandonar las medidas que fomentan el uso del automóvil privado, para ahorro de tiempo y recursos y facilitar la movilidad.
– Electrificación del transporte: Aumentar el transporte ferroviario eléctrico de mercancías; profundizar en la electrificación del transporte público, con nuevas líneas de tren, metro y metro ligero; desarrollo del vehículo eléctrico, preferentemente de autobuses, camiones y furgonetas eléctricos para corta distancia,
– Impulsar una planificación urbana que genere proximidad, limitando el número de viviendas, centros de trabajo o servicios de ocio o comerciales en zonas periféricas de las áreas urbanas y el urbanismo difuso que incrementan las necesidades de desplazamientos.
– Crear las alternativas más sostenibles de transporte: bicicleta y peatonalización de calles.
– Fomento de la producción y comercio local y de media distancia para disminuir la cantidad de transporte necesario para el avituallamiento.
– Cualquier forma alternativa e innovadora que reduzca el consumo de recursos y el impacto asociado
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