Lo primero es lo primero; espero que seáis, seamos capaces de hacer de este 2010 un año nuevo de verdad. Quizás si avanzamos en nuestra sensibilidad poética pondremos una parte de nuestro granito de arena para conseguir ese deseo.
Emepezamos el año con un paisano; José María López Medina, miembro de ADOBE y convencido caminante por la Otra Granada. Poco antes de estas vaqcaciones de las que acbamos de salir, José María presentaba su segundo libro de poesía. titulado Filo del tiempo. De él seleccionamos los poemas que pueblan hoy este rincón poético-cultural.
Pilar García
Publicado en Correos de la Vega
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Rincón poético-cultural
¿Quién es José María López Medina?
Nació, dice con humor que se enteró más tarde, un invierno de 1971 en Granada. Su relación con la poesía comenzó años atrás, escuchando una canción de Joaquín Sabina. Aquellos versos le empujaron a la calle a explorar el planeta del que provenían, y volvió a casa con un libro de Pedro Salinas. A partir de ese día, se mudó a aquel planeta y nunca regresó.
Como arquitecto trabaja en ámbitos de exclusión social. Sospecha que esa misma vocación por los márgenes le llevó a interesarse por la poesía. Considera que la creación arquitectónica y la creación poética son operaciones de la misma naturaleza. Ha publicado dos libros; Bocetos y sonetos (2008) y Filo del tiempo (2009) que en la solapa del libro confiesa con humor que nació así: A continuación se tomó en serio el imprudente ofrecimiento de su amigo Antonio Melo de ilustrar su próximo libro, lo cual contribuyó a que se diera a la tarea de escribir, efectivamente, un próximo libro. Y aquí estamos. Después de leer esto, no nos extraña lo que nos dice José María; como veréis no consigo tomarme a mí mismo muy en serio... Mejor así, puede ser una señal de inteligencia; ha escogido la mejor de las filosofías para poder sobrevivir.
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Tres poemas de Filo del tiempo
Gestionado por muchos
Gestionado por muchos
en porciones de ser me distribuyo
varias almas preciso para totalizarme
si es que fuera posible
(y necesario)
varios pares de ojos para verme
varios pares de pies para plantarme
varios pares de manos
para mover las mías
gestionado por muchos
se conserva
cierta fidelidad alrededor
de la trémula idea de lo que soy
es por eso, quizá, la soledad
tan múltiple y tan limpia amputación,
tan doloroso trance de no ser.
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No se lo diga a nadie
(…pero bajo esta ropa voy desnudo)
Si pudiera vestir esto que siento
con las palabras justas,
con palabras ceñidas como prendas,
tal vez podría saber qué forma tengo,
tal vez podría palparme los enigmas,
las preguntas primeras, los hallazgos,
los vértices del alma…
tal vez podría tentar ese relieve
y hacer algo al respecto.
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Mientras tus manos
mientras tus manos sigan prefiriendo
el minuto inexperto
al más sabio de todos los regresos
la muerte no sabrá dónde nacer