Temáticas > Urbanismo y Territorio >

Enseñanzas de un árbol cortado

Ante la petición de clemencia, sentencia de muerte rápida

Nunca en Andalucía se habían dado tanta prisa. Pedimos clemencia y aplicaron la sentencia enseguida. Nos quedamos sin plátano bicentenario y con los caminos agrarios alterados, pero hay que ser positivos; ante el modelo desarrollista que está en la mente de nuestros gobernantes -y oposición- tenemos que dar a concoer otro modelo sostenible y humano y cómo ir construyéndolo en nuestra vida diaria. Para hacer esto posible hay que crear el espacio socioambiental granadino que desarrolle nuestra capacidad de reflexión, respuesta y organización.

Salvemos este plátasno

Paco Cáceres. Miembro de Otra Granada

(Gracias a todas las personas que participaron en la campaña "Salvemos este plátano)

Lo cortaron. El árbol del cortijo del Nogal lo cortaron. Nunca se dieron tanta prisa en unas obras. Acostumbrados a que éstas se eternizan, en este caso hubo una excepción; fue pedir clemencia para el plátano e ipso facto aplicar la sentencia de muerte. El razonamiento era sencillo, si no hay árbol no hay protesta y se acaban las moscas cojoneras.

...pero aplicaron la sentencia de muerte inmediata

La primera vez que me fijé en el árbol iba con Jesús del Río y Antonio Hurtado; a los tres nos impresionó ver su volumen, porque desde fuera no se podía apreciar su inmenso tronco. Hice una foto con Jesús abrazado a él y, sinceramente, entraban ganas de tocarlo, abrazarlo, sentir tanta historia, tanta vida acumulada en su tronco. Es verdad que había sufrido demasiadas mutilaciones porque la carretera estaba al lado y sus ramas podían ser un peligro para los que circulaban por ella, pero bueno, resistía y aún le quedaban muchas generaciones que contemplar. Era un símbolo de vida frente a la adversidad.

Nos contaba Joaquín, hermano de la dueña del cortijo del Nogal, que el ensanche de la carretera de La Zubia a Granada acababa con una parte del cortijo y el plátano de siempre cortado. También nos dijo que en los años ochenta, cuando hablaron de ampliar la carretera, daban un rodeo para salvar el cortijo y el árbol. En esta ocasión ni habían contemplado esa posibilidad.

La rama del árbol, tenía una sola, el tronco era varias veces mayor

El cortijo, el árbol, el rompimiento de caminos rurales de muchos siglos y algunas sugerencias sobre el carril bici, nos animaron a pedir una reunión con la responsable de Fomento de Diputación. Pareció receptiva con lo que le proponíamos; excepto el árbol, con el que mostró una insensibilidad total, y el cortijo. Al final todas las notas que tomó irían a la papelera, porque ninguna de las propuestas que le hicimos se tuvo en cuenta. A pesar de nuestra edad, ¡qué ingenuos fuimos!

Primero cortaron el árbol, ahora le toca al cortijo

¿Qué hacer?

Creímos que se tendría en cuenta lo de los caminos, ¡era tan de sentido común! Entonces había que estudiar lo del árbol. La Diputada nos dijo que para salvarlo, cosa que no contemplaban, había que derribar más cortijo aún; es decir, se perjudicaba más a la dueña de éste. Estábamos pues entre la espada y la pared. ¿Perjudicábamos a los dueños pidiendo la salvación del árbol? La verdad es que ante eso sufrimos cierta parálisis, por otra parte esperábamos la respuesta, que nunca llegó, de la Diputada. Un día nos avisaron de que habían comenzado las obras y ya in extremis pedimos la salvación del árbol y los caminos agrícolas. Incluso hablamos con los responsables de PSOE e IU de la Diputación, pero nada; éstos mostraron la misma sensibilidad que la Diputada.

Hasta aquí la historia. Ahora las enseñanzas que debemos de sacar. Me decía Rosa Félix, de Democracia en Acción, que a las reuniones hay que llegar “lloraos y meaicos”. Es decir, no vamos a contarnos penas ni a perder el tiempo en el ir y el venir. Eso sí, para avanzar hay que aprender. ¿Qué enseñanzas saco yo de todo esto?

Desde Huétor Vega, por el Barrichuelo, se accedía a este camino para adentrarse en Ogíajres... Ahora hay que ir a una rotonda a cientos de metros

Sobre la administración

 El informe técnico de la carretera ignoró totalmente los caminos agrarios, los árboles que arrasaría (ni nombrada el plátano, pero si el desgüace en plena vega al que quisieron salvar a toda costa). Es decir, esos informes de superespecialistas que se meten en google y sacan los planos, olvidan la vida, las costumbres, que están en una zona agraria donde circulan tractores, vehículos de tracción animal... Estos proyectos suelen reflejar una jerarquía de valores en cuya cúspide está el coche y las construcciones y en lo más bajo está lo agrario, el medio amibente y la forma de vida de los propios habitantes.

 ¿Cómo diputados de todos los partidos y los ayuntamientos de La Zubia y Granada no cayeron en el “detalle” de que había un árbol bicentenario y que los caminos que utilizaban los agricultores y ciudadanos se partían en dos? ¿Sabían que ahora los tractores tendrán que recorrer cientos de metros más hasta llegar a una de las rotondas y volver retardando con ello al propio tráfico que se quiere mejorar? Y lo triste, los políticos en general parece que te escuchan y no es verdad. Por otra parte la sensibilidad que tienen en temas agrarios, ambientales y territoriales es nula. Esta clase política tiene un modelo productivista y desarrollista en la cabeza y no tienen espacio en ésta para que quepan otros modelos sostenibles.

Los caminos agrarios son las cenicientas de la movilidad, con el aplauso de gobernantes y oposición

Sobre nosotros mismos

 No actuamos a tiempo. El ensanchamiento de la carretera era acertado, aunque el proyecto era manifiestamente mejorable, sin embargo ni hicimos alegaciones, ni convocamos una reunión de la gente más movida de La Zubia para abordar el tema, ni... Mostramos así nuestra propia incapacidad y falta de organización. Eso nos dejó a unos pocos, los que nos movimos, bastante frustrados.

 Tenemos también cierta incapacidad para transmitir argumentos, para confrontar nuestra filosofía sostenible que tiene en cuenta la vega, lo agrario, la naturaleza, el equilibrio de los valores del territorio, otras relaciones entre nosotros; confrontar eso,digo, a la filosofía desarrollista que rezuman los partidos que andan por aquí.

Pero para defender otros árboles y caminos tenemos que organizarnos mejor.

Las enseñanzas

 No podemos quejarnos ni echar culpas a nadie. Fieles a lo que en algún tiempo pregonamos “ante un problema busquemos una solución”, tenemos que construir ese espacio socio ambiental granadino que sea capaz de proponer alternativas generales y respuestas concretas ante las problemáticas que surjan en cualquier parte del territorio

 Tenemos que dotarnos de organizaciones locales, coordinadas entre sí, que sean capaces de actuar sobre sus lugares y transmitir a los vecinos otras formas de ver la economía, lo social, la movilidad o el territorio. Y muy importante, convertir estas enseñanzas en nuevas prácticas de nuestra cotidianidad.

Nos hemos quedado sin plátano bicentenario, los caminos agrarios, como cenicientas de la movilidad, han sido partidos, pero nosotros debemos aprender a actuar más rápido, dar respuestas y avanzar en organización local y comarcal. Sólo así podemos ser más eficaces e influyentes en la sociedad. A seguir, eso sí, para no perder tiempo “lloraos y meaícos”, que tenemos muchas razones llenas de sentido común. Aplicaron la sentencia de muerte un árbol monumental, unos caminos han sido maldecidos, pero aún nos quedan muchos de unos y de otros, y otras muchas causas, por defender.

Por Veguita de Graná

El Viernes 16 de mayo de 2014

Actualizado el 16 de mayo de 2014